Noche estrellada de estío sureño,
cuando otea unos versos mi mente,
dedicados para alguien “diferente”,
gotean tras un sincero y mágico sueño.
Heroína protagonista del encuadre,
cuando el pincel busca el lienzo,
estoy preparado, doy comienzo,
a la fotografía de una regia madre.
Madre a tiempo completo sin igual,
artífice de una gran familia reunida,
maestra de escolares toda su vida,
hoy su familia la pretende agasajar.
Creo, sin vacilar y sin riesgo al enojo,
que todos de ella siguen prendados,
pues supo granjearse respetos aliados,
entre los chavales que al azar cojo.
Reyezuelos de futuros hostiles,
manchados con tizas agradecidas,
por una confidente de mujercitas
y administradora de impulsos varoniles.
Con dos vástagos muy solícitos,
con juegos sus demandas entretejía,
mientras los exámenes corregía,
dedicándoles arrumacos implícitos.
Durante muchos años soñaba,
con arrojar una toalla sofocante,
pues era demasiada la carga,
pero su vida era muy gratificante.
No se volvió una mercenaria de la tiza,
cómo Pérez-Reverte un día escribió,
su honradez académica le prohibió,
no implicarse con cada alma en liza.
Por ello atendió cada mala rama,
que del árbol se descolgaba,
con su sonrisa dócil enderezaba,
empujando a cualquiera de la cama.
Luchadora y fiel aventurera,
triunfó su entusiasmo en cualquier viaje,
con sus nietos, con sus hijos, su maridaje,
sus hermanos, su madre y sus nueras.
Porque es una mujer de bandera,
por entregarse en cuerpo y alma,
con cariño pausado y en calma,
hoy celebramos que suma otra primavera.
Teñida de un calor estival jubilado,
porque siempre dispondrá de flores,
que su corazón impregnará de dulces olores,
por una maestra que ha triunfado.
Dedicando en cuerpo y alma su tiempo,
a cualquier necesidad demandada,
mientras de su frente brote aliento,
hoy volverá a sonreír su mirada.
Tras la pancarta que la noticia proclama,
su familia y amigos quieren honrarla,
tienen el placer de condecorarla,
como la madre coraje y mejor maestra de España.
Por ello, levantemos nuestros corazones,
elevemos nuestros sentidos abrazos,
brindemos por Grego, con sinceros lazos
de raso, que sostengan nuestras intenciones.
Deseemos una próspera carrera familiar,
la mejor maestra será mejor abuela,
arrimándole a Sol
su dulce candela,
acurrucando a Pablo con besos de azahar.
Ojalá su alumno hubiera sido,
para aprender sus bellas melodías,
arriostradas para siempre en el alma mía,
con estos versos hoy me despido.
Agradeciendo siempre su talento,
expresando con sinceridad,
lo que mi corazón proclama contento,
un amigo para la eternidad.
(Con
cariño, poema dedicado a "Grego" con motivo de su fiesta de jubilación).
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