Sociedad
atormentada, dormida,
valores
anestesiados y confusos,
principios
que aguardan otra vida,
amores
que pierden pulso.
Reclaman
amores ficticios,
se
consuelan en otras caricias,
se
ciegan ante tanto consumo,
emborrachándose
con otras sonrisas.
Jóvenes
que sueltan lastre,
que
nadie les indique su rumbo,
no
aprecian el valor atesorado,
de
una madre en este maltrecho mundo.
Prodigio
de fuerza y tesón,
señoras
reinas de la humildad,
hacedoras
de sueños de amor,
juran
que amarán de verdad.
Corren
a por un doctor,
vuelan
por nuestro futuro,
velan
por una suerte mejor,
aquellas
que tuvieron el pan duro.
Tiempos
en donde hablar no podían,
expresar
lo que su corazón soñaba,
una
camisa nueva tejían,
para
su bebé que pronto llegaba.
Comparten
el tiempo robado,
regalan
lo que no es poseído,
entretelas
de un pasado,
recompensado
con hijos correspondidos.
Agradecen
cuanto sea necesario,
a
aquellos que tienden manos,
amigas
de su economía en precario,
más
humanas que un hermano.
Golpes
que saben afrontar,
que
el destino dio con estupor,
cómo
la suerte reclamó,
para
ellas una vida desigual.
Lastradas
desde niñas,
siendo
jovencitas soñadoras,
de
una vida evocadora,
saberes
aprendidos en la campiña.
Como
es justo y obligatorio,
recordar
cuántas lágrimas derramaron,
hoy
me inclino en reflectorio,
y
repaso sus muchos milagros.
Ver
crecer sus familias,
muchas
noches en letargo,
muchos
puntos a escondidas,
para
una carrera conseguida,
de
sus hijos a su lado.
Constantes
en el cariño,
cómplices
de la verdad,
supieron
siempre educar a los niños,
fuera
de su carapazón de cristal.
Un
futuro entrelazaban.
a
quién supiera aprovechar,
todo
lo que ellas anhelaban,
una
vida por delante para triunfar.
Su
triunfo está conseguido,
una
meta para contemplar,
ver
madurar sus retoños crecidos,
ya
los nietos exigen su lugar.
Porque
me parece honrado,
y me
apetece a rabiar,
en
este mes florido de mayo,
quiero
dedicarles a mi Maruja,
y a
mi querida Madre,
dos
madres sin igual,
estos
versos en ellas inspirados.
Con todo mi cariño, gracias por estar
siempre ahí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario