Si alguna vez supe
que la quise,
fue la primera noche
que la vi,
cuando mi alma hizo
un quite,
mi corazón no pudo
reprimir.
Lágrimas derramadas
al soñar,
un futuro impoluto a
su lado,
siendo actores de un
decorado,
con telón desplegado
sin bajar.
Porque aquella mujer
me quería,
me enseñó a contar
sueños,
desplegando su magia
me haría
caer en su hechizo, con
su empeño.
Las huellas del ayer
se presentan,
como restos de un
huracán,
barcos a barlovento
encuentran,
una joven pareja en
el mar.
En un mar de
armoniosa calma,
manejan el timón con
destreza,
velas hinchadas que
claman,
que el rumbo se
olvida de tristezas.
Que enturbiaran su
cuadro pintado,
aquella tarde mágica
de verano,
de un final de
verano soñado,
cuando salía en la
foto de su mano.
Si alguna vez soñé
como sería,
no cambiaría del
pentagrama,
ni un sola nota de
la sinfonía,
recuerdos interpretados
del alma.
Pues tras un puñado
de noches
durmiendo a su
querida vera,
cree uno que siempre
es primavera,
realidades que ponen
el broche.
A este amor que anda
enquistado,
y no hay doctor que
diagnostique
cual es el remedio
necesitado,
para que este cariño
calcifique.
Y de forma hermosa
permanezca,
por el paso del
tiempo riguroso,
aunque una niña me
haga celoso,
de amor y entrega,
nunca fallezca.
Ojalá nunca sepa
cuando parar,
de dar amor sin
esperar nada,
solo de ella, una
tierna mirada,
otros ocho años que
ensalzar.
Nuestro amor por los
rincones,
de un planeta que
anda loco,
poeta loco de
relatar emociones,
todo para ella
siempre es poco.
Con mi amor, gracias por 8 años de mágicos sueños
Juanjo
18-IX-2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario