domingo, 27 de octubre de 2013

"Wren, el arquitecto amateur"

Dice muy sabiamente James Campbell, en su disección sobre el científico, arquitecto, ingeniero, geómetra, fundador de la Royal Society de Londres, que hoy empalaga estas letras de forma tan sublime con una biografía de "hombre renacentista" retrasado un siglo en su tiempo, que aunque Sir Christopher Wren (1632-1723) hubiera muerto antes de los 35 años, hubiera tenido un lugar privilegiado en el Dictionary of National Biography, como "científico", sin que nada se hubiera dicho ni comentado sobre su imponente legado a la historia de la arquitectura venidera.

Nacido en el seno de un familia acomodada, pasó su primera infancia entre el Decanato del Castillo de Windsor y el rectorado de Knoyle en Oxford, fue el único varón que sobrevivió, aunque le tocó lidiar con sus 6 hermanas, que lo consentían de forma consciente. En 1650, a los 18 años, fue admitido en el Wadham College de Oxford, y entre sus venerables aulas, se forjó el núcleo duro de investigadores que luego constituiría la Royal Sociaty de Londres. Arriostrado por su incesante curiosidad - que comparte con el que esto suscribe - Wren realizó inyecciones intravenosas, disecciones anatómicas y construyó modelos que le permitían ilustrar el funcionamiento de los músculos. Estas taresas nos recuerdan al hombre renacentista por excelencia, el magnánime Leonardo da Vinci, que podía terminar de realizar una disección humana y luego preocuparse por la geómetra complicación de las matemáticas, o calcular el alcance de una catapulta mortal (quizás este venerado "hombre del renacimiento" termine ocupando estas líneas un domingo cualquiera). Aunque estas investigaciones no le hicieron perder su brillante objetivo, que consiguió en 1651 graduándose y un par de años más tarde, consiguiendo su ansiada licenciatura.

En 1657, un profesor relativamente joven de 25 años entraba por primera vez en el Gresham College de Oxford, para disertar sobre la astronomía del momento. Un momento complicado porque en 1660, se instauró la Monarquía inglesa aupando al trono a Carlos II, mediante el proceso histórico de la Restauración, que terminó con la Revolución Inglesa. Un tiempo después, en 1661 ocupó la Cátedra de Astronomía Savilian de Oxford, sucediendo a Seth Ward.

¿Y cuándo aparece la arquitectura en la vida de Sir Christopher Wren? Pues de forma muy natural, debido a que en el siglo XVII, la arquitectura era considerada una rama de las Matemáticas Aplicadas y porque el monarca le hace un encargo especial: necesita contratar los servicios del "mejor topógrafo de Europa", para fortificar sus posiciones en Tánger. El científico-topógrafo declina el ofrecimiento del monarca, haciendo hincapié en su "delicado" estado de salud, aunque moriría con más de 90 años - paradojas de la vida -. No obstante, su curiosidad empedernida, le llevó a viajar al extranjero - cosa que desgraciadamente ocurre en el momento presente por necesidad  o a regañadientes - al país vecino de la grandeur, la libertè, egalitè y fraternitè, para ampliar sus conocimientos arquitectónicos de manos de los maestros franceses. Este hecho no fue estrictamente casual, debido a que una epidemia de peste asoló Inglaterra en el 1665.

Espectacular diseño de una cúpula para reconstruir la torre de la vieja catedral de San Pablo. Fue realizado por Wren en 1666, tras regresar de Francia y poco antes del Gran Incendio de Londres.


Pero el hecho histórico más relevante que influyó en la carrera arquitectónica de Wren fue, desgraciadamente, el Gran Incendio de Londres de 1666. Tras 4 días de intenso fuego devastador, los rescoldos terminaron asolando 13.200 casas, 87 iglesias y la Catedral de San Pablo. De nuevo la monarquía recurrió a su proyectista fetiche, aquel que podría levantar la ciudad londinense con denuedo y con una dedicación hasta la extenuación. En solo 6 días - repito 6 días - el arquitecto diseñó y presentó al Rey un Plan de Reconstrucción de la ciudad. De forma inmediata, fue nombrado para la redacción de las ordenanzas que modificarían la imagen bicentenaria de Londres, por una serie de viviendas de ladrillo adosadas tan características.

El encargo requería reconstruir de forma incesante 50 iglesias. Por lo que adelantándose a su tiempo, el maestro Wren recurrió a la forma actual de un estudio de arquitectura, con un taller y muchos delineantes, en los que delegó el trabajo, supervisado de forma enfermiza por el titular de las labores encomendadas. ahí radicó la clave de su éxito.

Otro hecho lúgubre lo predispone hacia su gran proyecto en su vida - como Antonio Gaudí lo fue con su adorada Sagrada Familia - cuando fallece el aparejador oficial Sir John Denham, y se convierte de un plumazo en Director General de las Obras Reales, suceciendo al primero, y convirtiéndose en el arquitecto más influyente y más importante de su tiempo. Consigue penetrar en la Corte - hecho éste que tampoco le quitó el sueño al infatigable Wren - como Encomendado de los Palacios Reales, y se instala una segunda oficina en San Pablo, para dirigir desde allí la evolución de los trabajos de su proyecto estelar: la Reconstrucción de la Saint Paul Cathedral.

A pesar del reconocimiento arquitectónico que había logrado, no fue hasta 1671 cuando tuvo que renunciar a su Cátedra en Oxford, para dedicarse en cuerpo y alma a su profesión postrera, que había comenzado de forma "amateur", aunque no faltó a ninguna de las reuniones de la Royal Sociaty hasta que le sobrevino al muerte.

Su producción arquitectónica durante cuatro décadas nos dejan un legado constructivo difícil de encontrar hoy en día, máxime cuando toda la construcción la realizó en la Inglaterra del siglo XVII, y donde la globalización terminaba donde el Canal de la Mancha despuntaba su catalejo hacia la France. Con clientes tan distinguidos como la Corona, la Iglesia y las Universidades (el poder máximo estaba concentrado en estos estamentos políticos, religiosos y culturales), no fue difícil documentarse con el abundante registro de sus obras, pero poco sabemos de su forma de ser. Por los escasos relatos existentes, nos aventuran un brillante conservador capaz de mantenerse en el cargo bajo el mandato de 6 monarcas, que otorgó un respeto por la figura del arquitecto, casi reverencial.

Si citamos solo los trabajos comenzados o terminados durante la década de 1670-1680, indicaremos que comenzó 31 iglesias en la City londinense, una biblioteca del Trinity College en Cambridge,edificios para los Colleges de Oxford, una capilla universitaria, una Casa de Aduanas en el Támesis, el Observatorio de Greenwich, el Teatro Drury Lane, el momumento del Temple Bar y una biblioteca para la Catedral de Lincoln. Aunque su casi enfermiza y única obsesión, durante la treintena de años siguientes, fue terminar la Catedral. De forma que en 1711 se retira definitivamente y se afana en inspeccionar la evolución de San Pablo y de la Abadía de Westminster. Su obra maestra dominó al resto de construcciones más o menos significativas.

Wren consideraba que el diseño era una serie de problemas sin resolver, y aunque a veces se le tachaba de arquitecto barroco, las influencias holandesas y francesas, hicieron que sus interiores fueran rectilíneos y con superficies planas sin remates escultóricos, alejado de cualquier atisbo de comparación con la arquitectura "papista" italiana del momento. Su máximo interés radicaba en renovarse y en mantener la sorpresa en sus construcciones, aparte de que como ingeniero - en el siglo XVII la arquitectura y la ingeniería no se encontraban separadas con lo están en la actualidad - ideó toda una Tecnología de la Construcción, que por el mero hecho de estar oculta, solo se descubría a medida que se debían desmontar sus construcciones para repararlas. Y su virtuosismo se manifestó en todo su esplendor en la extraordinaria triple estructura de la cúpula de San Pablo, con un debate abierto con su gran amigo, Robert Hooke, sobre las formas de arcos y domos matemáticamente correctos.

Wren reclamó todo el control de los aspectos arquitectónicos desde los cimientos hasta las cinchas del tejado, y sentó las bases para el momento en el que al arquitecto se le encomendaran todas las fases de obra, incluidas tuberías, instalaciones y diseños decorativos.

Wren empezó como un científico y arquitecto "amateur", y pero su imperecedera contribución al mundo de la arquitectura, terminó profesionalizando el oficio. Quizás ese fuera su mayor logro.

Retrato de Wren, rodeado de alegorías de sus muchos logros.. Fue comenzado por Antonio Verrio poco antes de que muriera en 1707; Godfrey Kneller y James Thorbill lo terminaron.


(Fuente: "Los grandes arquitectos", de Keneth Powell).






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