Con el reflejo verdoso de la lámpara azotándole sobre los
ojos cansados, la joven científica plegó velas hasta el día siguiente. Enfrente
de un escritorio lleno de libros subrayados, anotaciones extraídas de cientos
de artículos en cuadernos de tapas negras con hojas libres de cloro con una
pluma titubeante y el miniordenador aún encendido, se preguntaba –estirando su
atlético cuerpo - de dónde sacaba la energía necesaria para afrontar su primer
artículo en una revista de renombre, tras un período de intenso trabajo en el
laboratorio de un prestigioso Centro de Investigación de Ciencias Ambientales
donde desarrollaba su labor profesional. Su jefa había confiado en ella para
que pusiera negro sobre blanco cuánto había leído, estudiado y preguntado acerca
de cómo demonios extraeríamos energía del conocimiento.
Y para no defraudar a su jefa, aparte de para probarse en
tareas relacionadas con las publicaciones científicas, se ocultó bajo la piel
de una escritora concienzuda y obstinada y cuando hubo leído lo suficiente –
aunque para ella nunca era suficiente – comenzó la escritura del artículo.
Estas anotaciones que siguen son sólo la punta del iceberg de cuánto había
recopilado la científica. En un descuido, y mientras dormía plácidamente sobre
el escritorio, un manojo de cuadernos desapareció y alguien que desconozco, lo
dejó en la puerta de mi casa. Como todo lo que cae en mis manos es leído
forzosamente, no pude reprimir el deseo de transcribir aquello que seguro
echaría en falta la joven investigadora y que ahora vería la luz en otra
publicación, no menos científica e interesante.
¿Cómo afrontamos
el futuro energético?
En una entrevista al físico británico Steven Cowley en el
programa Redes, Eduard Punset le preguntaba esto al científico, responsable del
Laboratorio Culham en Reino Unido, dedicado a la investigación sobre la fusión
nuclear. “El futuro dependerá de cómo utilicemos tres fuentes de energía
principalmente: la energía del Sol, la energía de fusión nuclear y la fisión
nuclear. Y para ello, dependerá de la tecnología que construyamos para
obtenerlas y aprovecharlas al máximo. Ese será el mayor reto”. Y cuando subrayo
la palabra tecnología recordé lo leído en un blog de Construmatica. El pasado
26 y 27 de octubre el Palacio de Congresos de Málaga, proyectado por A.Asenjo y
asociados, tuvo el honor de reunir en torno a su arquitectura vanguardista, la Emtech Spain 2011, la conferencia de
Tecnologías Emergentes del Massachussets Institute of Technology, donde Jason Pontin, editor jefe de Technology
Review, nos auguraba que la innovación en tecnologías disruptivas marcará el
futuro de los negocios y la economía global, la nano-biotecnología, la robótica,
etc., se concentró por primera vez fuera de EE.UU.
Pero volviendo a nuestra cuestión, el físico nos
continuaba argumentando sus tesis de trabajo diario. “Nos quedan tal vez 100
años de combustibles fósiles, debemos de reducir las emisiones de CO2 y no
depender de los combustibles tradicionales”, nos comentaba, haciendo hincapié
en los tipos de energía que, dentro de veinte años, marcarán la pauta
energética, y sobre todo la fusión nuclear, que persigue la reproducción de la
energía de las estrellas en la Tierra. Y haciendo una predicción de futuro, en
el 2050 la población mundial pasará de 6.600 millones a unos 9.000 millones, lo
que provocará que se multiplique por dos las necesidades energéticas, mediante
soluciones a gran escala. Por lo que la energía solar, que no está capacitada a
nivel global, y la energía nuclear, que puede ser utilizada de manera segura,
sin emisiones de CO2, controlando las radiaciones y asegurando los residuos, le
dan los expertos la categoría de “sustituta” del petróleo en términos
cuantitativos. Es decir, que si sumamos la limpieza ecológica de la energía
solar y la eficiencia cuantitativa de la nuclear, obtenemos la energía nuclear
de fusión, que es infinita, inagotable, que cuyas instalaciones de generación
ocupan poco espacio, es segura, no emite residuos radiactivos ni contamina. ¿Cuál es el problema? La complejidad tecnológica.
De nuevo la tecnología salta a la palestra. Tanto que algunos expertos en
energía afirman que la supervivencia de nuestra especie dependerá del éxito o
fracaso de esta fuente energética.
Luego volveremos a ella, porque me quiero detener en una
anotación de un cuaderno negro que creo
es muy importante. “El Hierro será la primera isla del mundo que se abastecerá
al 100% con energías renovables”, reza el titular de gran alcance. Una
iniciativa única en el mundo, que leo en http://blog.construmatica.com, cuyo
convenio fue firmado el pasado marzo por el Dr. General del IDEA, el Presidente
del Cabildo Insular y la Promotora Gorona
del Viento El Hierro S.A. La isla
canaria, reserva mundial de la
Biosfera desde 2001, tiene una superficie de 278 Km2 y está
situada a unos 1.500 m
de altitud y cuenta con unos 10.668 habitantes. El proyecto contará con un
parque eólico de 10 Mw. y una central hidroeléctrica de 10 Mw. (con un salto de
agua neto de 682 m).
La demanda eléctrica está basada en la Planificación
Energética de Canarias (PECAN 2006) para 2.015 con 48 GWh/año
y una demanda de agua sobredimensionada a 2.030. Todo un ejemplo de que cuando
se unen las instituciones con la financiación privada y el interés
medioambiental con el económico, el resultado solo puede ser muy positivo.
Porque como afirmó la Agencia Internacional
de la Energía
en noviembre del año pasado, “la era del petróleo barato se ha acabado”, y el
barril de Brent comenzó ha subir, tanto que en mayo de este año, el Ministro de
Industria, Turismo y Comercio, Miguel
Sebastián afirmó, tras preveer el pago de unos 50.000 € (el 5% del PIB) de
la factura energética con una dependencia del 80% del exterior, que el precio
del crudo ponía en riesgo la recuperación económica global. A pesar de la alta
dependencia, el Informe Bloomberg de julio de 2011 nos llena de esperanza, pues
nos informa que la inversión global en el año 2010 en energías renovables
creció un 32%, llegando a los 211.000 millones de $, lo que supone un 540% más
que en el año 2.004. Tras este dato, se preguntaba Javier Tahiri en ABC Empresa si había llegado el turno de las
renovables. A lo que le contestaba el catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de
Barcelona, Mariano Marzo, que el
“avance de las energías alternativas es imparable, así como la decadencia de
las tradicionales. Es un proceso doble”. Así lo piensa también Carlos Gascó, analista de la AIE, que cree que la
imposición de tasas a las emisiones de CO2 aprobadas en la UE y Australia beneficia la
competitividad del sector, cuyo epicentro se ha desplazado al Este y a China.
Líder mundial en emisiones de GEI ha realizado una apuesta por las EERR y es
líder también en energía eólica y muy pronto lo será en energía nuclear. Tienen
las materias primas y han importando el “know
how” (es decir, la tecnología, que aparece de nuevo).
Regresando al laboratorio británico, la pretensión de la
fusión nuclear es imitar el proceso que tiene lugar en las estrellas, debido a
que la energía solar proviene de una energía de fusión nuclear. Esta imitación,
uniendo dos núcleos de deuterio y de tritio para la obtención de He + energía
(en gran cantidad), requiere de una temperatura aproximada a los 150 millones
de ºC, para una potencia de 16 Mw. La primera máquina del mundo de producción
real de energía de fusión se construyó en 1997 en Oxford (Reino Unido) y se
denomina Joint European Tows (JET), de16 Mw. El segundo experimento de
importancia relevante es el ITER (International Thermonuclear Experimental
Reactor), primer reactor nuclear que se está construyendo en el sur de Francia,
y del que se espera que en 2030, se obtenga energía eléctrica de consumo
directo. Está implicada en este experimento la mitad de la población mundial (EE.UU.,
U.E., China, India, Rusia, Japón, Corea del Sur) y la inversión, creo, está
justificada si, como argumentan los científicos, 1 Kg. de energía de fusión
equivaldría a la energía obtenida por 10 millones de Kg. de combustible fósil. Otro
ejemplo; con la batería de litio de un portátil y ½ bañera de agua nos daría el
combustible de fusión para cubrir las necesidades energéticas durante 30 años
de un ciudadano.
¿Cuál es la
idea, entonces?
“Generar pequeñas celdas de energía de fusión como pequeños soles y de
construcción barata, para generar energía necesaria y dejar de contaminar el
planeta”, nos dice Steven Cowley.
A modo de corolario, como hizo Punset, la energía atómica
de fusión es la mejor energía que se pueda imaginar: no contamina, no emite
sustancias radiactivas a la atmósfera, es inagotable, no genera residuos… y un
día será igual de barata o tan cara como cualquier otra, pero necesitamos
hacerlo bien para generar la energía que necesitamos a los precios que
necesitamos… y se preguntaba Eduard Punset; ¿Por
qué gastamos tan poco en diseñar una energía que es puro conocimiento y que va a transformar la vida de nuestros nietos en
el futuro? Y el físico británico sentenció: “La energía dejará de ser un
recurso y pasará a obtenerse del conocimiento humano, modificará la forma de
interactuar en el mundo y dejaremos de depender de la energía asociada al
territorio”.
(Tras revisar las notas de la científica en sus cuadernos
negros, pude extraer este jugo energético sobre cómo el conocimiento modificará
nuestra forma de vida, y sobre todo, permitirá a los hijos de nuestros nietos
seguir disfrutando de cada bello rincón de este, nuestro planeta, que como
indica James Lovelock, “es un sistema
vivo que se comporta como tal”, con una dieta energética tan estricta que
deberemos de prestar atención a los avances alcanzados en los próximos años. De
ellos dependerá nuestra propia vida).
(Publicado en la revista Enova. Energías limpias de Andalucía nº12/2012)
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