domingo, 27 de octubre de 2013

"Wren, el arquitecto amateur"

Dice muy sabiamente James Campbell, en su disección sobre el científico, arquitecto, ingeniero, geómetra, fundador de la Royal Society de Londres, que hoy empalaga estas letras de forma tan sublime con una biografía de "hombre renacentista" retrasado un siglo en su tiempo, que aunque Sir Christopher Wren (1632-1723) hubiera muerto antes de los 35 años, hubiera tenido un lugar privilegiado en el Dictionary of National Biography, como "científico", sin que nada se hubiera dicho ni comentado sobre su imponente legado a la historia de la arquitectura venidera.

Nacido en el seno de un familia acomodada, pasó su primera infancia entre el Decanato del Castillo de Windsor y el rectorado de Knoyle en Oxford, fue el único varón que sobrevivió, aunque le tocó lidiar con sus 6 hermanas, que lo consentían de forma consciente. En 1650, a los 18 años, fue admitido en el Wadham College de Oxford, y entre sus venerables aulas, se forjó el núcleo duro de investigadores que luego constituiría la Royal Sociaty de Londres. Arriostrado por su incesante curiosidad - que comparte con el que esto suscribe - Wren realizó inyecciones intravenosas, disecciones anatómicas y construyó modelos que le permitían ilustrar el funcionamiento de los músculos. Estas taresas nos recuerdan al hombre renacentista por excelencia, el magnánime Leonardo da Vinci, que podía terminar de realizar una disección humana y luego preocuparse por la geómetra complicación de las matemáticas, o calcular el alcance de una catapulta mortal (quizás este venerado "hombre del renacimiento" termine ocupando estas líneas un domingo cualquiera). Aunque estas investigaciones no le hicieron perder su brillante objetivo, que consiguió en 1651 graduándose y un par de años más tarde, consiguiendo su ansiada licenciatura.

En 1657, un profesor relativamente joven de 25 años entraba por primera vez en el Gresham College de Oxford, para disertar sobre la astronomía del momento. Un momento complicado porque en 1660, se instauró la Monarquía inglesa aupando al trono a Carlos II, mediante el proceso histórico de la Restauración, que terminó con la Revolución Inglesa. Un tiempo después, en 1661 ocupó la Cátedra de Astronomía Savilian de Oxford, sucediendo a Seth Ward.

¿Y cuándo aparece la arquitectura en la vida de Sir Christopher Wren? Pues de forma muy natural, debido a que en el siglo XVII, la arquitectura era considerada una rama de las Matemáticas Aplicadas y porque el monarca le hace un encargo especial: necesita contratar los servicios del "mejor topógrafo de Europa", para fortificar sus posiciones en Tánger. El científico-topógrafo declina el ofrecimiento del monarca, haciendo hincapié en su "delicado" estado de salud, aunque moriría con más de 90 años - paradojas de la vida -. No obstante, su curiosidad empedernida, le llevó a viajar al extranjero - cosa que desgraciadamente ocurre en el momento presente por necesidad  o a regañadientes - al país vecino de la grandeur, la libertè, egalitè y fraternitè, para ampliar sus conocimientos arquitectónicos de manos de los maestros franceses. Este hecho no fue estrictamente casual, debido a que una epidemia de peste asoló Inglaterra en el 1665.

Espectacular diseño de una cúpula para reconstruir la torre de la vieja catedral de San Pablo. Fue realizado por Wren en 1666, tras regresar de Francia y poco antes del Gran Incendio de Londres.


Pero el hecho histórico más relevante que influyó en la carrera arquitectónica de Wren fue, desgraciadamente, el Gran Incendio de Londres de 1666. Tras 4 días de intenso fuego devastador, los rescoldos terminaron asolando 13.200 casas, 87 iglesias y la Catedral de San Pablo. De nuevo la monarquía recurrió a su proyectista fetiche, aquel que podría levantar la ciudad londinense con denuedo y con una dedicación hasta la extenuación. En solo 6 días - repito 6 días - el arquitecto diseñó y presentó al Rey un Plan de Reconstrucción de la ciudad. De forma inmediata, fue nombrado para la redacción de las ordenanzas que modificarían la imagen bicentenaria de Londres, por una serie de viviendas de ladrillo adosadas tan características.

El encargo requería reconstruir de forma incesante 50 iglesias. Por lo que adelantándose a su tiempo, el maestro Wren recurrió a la forma actual de un estudio de arquitectura, con un taller y muchos delineantes, en los que delegó el trabajo, supervisado de forma enfermiza por el titular de las labores encomendadas. ahí radicó la clave de su éxito.

Otro hecho lúgubre lo predispone hacia su gran proyecto en su vida - como Antonio Gaudí lo fue con su adorada Sagrada Familia - cuando fallece el aparejador oficial Sir John Denham, y se convierte de un plumazo en Director General de las Obras Reales, suceciendo al primero, y convirtiéndose en el arquitecto más influyente y más importante de su tiempo. Consigue penetrar en la Corte - hecho éste que tampoco le quitó el sueño al infatigable Wren - como Encomendado de los Palacios Reales, y se instala una segunda oficina en San Pablo, para dirigir desde allí la evolución de los trabajos de su proyecto estelar: la Reconstrucción de la Saint Paul Cathedral.

A pesar del reconocimiento arquitectónico que había logrado, no fue hasta 1671 cuando tuvo que renunciar a su Cátedra en Oxford, para dedicarse en cuerpo y alma a su profesión postrera, que había comenzado de forma "amateur", aunque no faltó a ninguna de las reuniones de la Royal Sociaty hasta que le sobrevino al muerte.

Su producción arquitectónica durante cuatro décadas nos dejan un legado constructivo difícil de encontrar hoy en día, máxime cuando toda la construcción la realizó en la Inglaterra del siglo XVII, y donde la globalización terminaba donde el Canal de la Mancha despuntaba su catalejo hacia la France. Con clientes tan distinguidos como la Corona, la Iglesia y las Universidades (el poder máximo estaba concentrado en estos estamentos políticos, religiosos y culturales), no fue difícil documentarse con el abundante registro de sus obras, pero poco sabemos de su forma de ser. Por los escasos relatos existentes, nos aventuran un brillante conservador capaz de mantenerse en el cargo bajo el mandato de 6 monarcas, que otorgó un respeto por la figura del arquitecto, casi reverencial.

Si citamos solo los trabajos comenzados o terminados durante la década de 1670-1680, indicaremos que comenzó 31 iglesias en la City londinense, una biblioteca del Trinity College en Cambridge,edificios para los Colleges de Oxford, una capilla universitaria, una Casa de Aduanas en el Támesis, el Observatorio de Greenwich, el Teatro Drury Lane, el momumento del Temple Bar y una biblioteca para la Catedral de Lincoln. Aunque su casi enfermiza y única obsesión, durante la treintena de años siguientes, fue terminar la Catedral. De forma que en 1711 se retira definitivamente y se afana en inspeccionar la evolución de San Pablo y de la Abadía de Westminster. Su obra maestra dominó al resto de construcciones más o menos significativas.

Wren consideraba que el diseño era una serie de problemas sin resolver, y aunque a veces se le tachaba de arquitecto barroco, las influencias holandesas y francesas, hicieron que sus interiores fueran rectilíneos y con superficies planas sin remates escultóricos, alejado de cualquier atisbo de comparación con la arquitectura "papista" italiana del momento. Su máximo interés radicaba en renovarse y en mantener la sorpresa en sus construcciones, aparte de que como ingeniero - en el siglo XVII la arquitectura y la ingeniería no se encontraban separadas con lo están en la actualidad - ideó toda una Tecnología de la Construcción, que por el mero hecho de estar oculta, solo se descubría a medida que se debían desmontar sus construcciones para repararlas. Y su virtuosismo se manifestó en todo su esplendor en la extraordinaria triple estructura de la cúpula de San Pablo, con un debate abierto con su gran amigo, Robert Hooke, sobre las formas de arcos y domos matemáticamente correctos.

Wren reclamó todo el control de los aspectos arquitectónicos desde los cimientos hasta las cinchas del tejado, y sentó las bases para el momento en el que al arquitecto se le encomendaran todas las fases de obra, incluidas tuberías, instalaciones y diseños decorativos.

Wren empezó como un científico y arquitecto "amateur", y pero su imperecedera contribución al mundo de la arquitectura, terminó profesionalizando el oficio. Quizás ese fuera su mayor logro.

Retrato de Wren, rodeado de alegorías de sus muchos logros.. Fue comenzado por Antonio Verrio poco antes de que muriera en 1707; Godfrey Kneller y James Thorbill lo terminaron.


(Fuente: "Los grandes arquitectos", de Keneth Powell).






jueves, 24 de octubre de 2013

Entrevista a Antonio Muñoz Molina en La Librería de Radio Úbeda

Estamos de suerte!!!!!

Mi amigo y casi paisano, Luis Foronda, ha vuelto a La Librería, y ha desempolvado los libros, los recuerdos y las notas manuscritas escondidas en su interior, para retomar su posición ante el micrófono de Radio Úbeda Cadena Ser, cada sábado, de 13.00 a 14.00 horas, para alegrarnos el día, enseñarnos, ilustrarnos con los distintos colaboradores, sobre diversos mundos que se esconden tras la PALABRA, nexo de unión y útero donde se gestó un hijo o una hija, según se mire a la librería, desde hace ya 16 años.

Buena andadura a mi amigo Luis, y espero que esta temporada repita los éxitos de las anteriores campañas!!!!

El telón se abrió el pasado 12 de octubre, con un protagonista estelar: ANTONIO MUÑOZ MOLINA, que se descolgó por unos estudios que me traen muy buenos recuerdos, justo unos días antes de recoger su flamante PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS.

Enhorabuena a Luis por traernos a un filósofo de la palabra y de la vida, y a todo un optimista, que bien queda reflejado en su útlimo libro Todo lo que era sólido, de Seix Barral y al maestro por su clarividencia ante los temas tratados y por su ilustrada barba que sigue contagiándonos de una emoción desbordante.

En el enlace más abajo podréis ir directamente al Blog de LA LIBRERIA DE RADIO UBEDA CADENA SER, y ver el vídeo de la entrevista.

Espero y deseo que os guste tanto como a mí.

ABRAZOS!!!!!!

domingo, 20 de octubre de 2013

Serie de artículos-relatos sobre destacados arquitectos

En relación con el último artículo publicado, hoy anunciamos la publicación de una serie de artículos-relatos  sobre la vida de destacatos arquitectos que han tenido una especial influencia en nuestra sociedad, en nuestras ciudades, en nuestros modos de ver el horizonte, que han conformado nuestros perfiles más reconocibles como Nueva York, París, Londres, Chicago o Florencia. El primer estudio anatómico de disección ha sido de Filippo Brunelleschi, el cual tendrá dos partes.

El próximo arquitecto que caerá en estas redes de 'El escritor paciente' será Sir Christopher Wren, autor de la Catedral de Saint Paul en Londres, y artífice de un sinfín de contribuciones a la arquitectura y a la ciencia.

Espero que os guste esta serie de relatos didácticos semanales !!!

Abrazos a todos los escaladores que os descolgáis por estas rocas mojadas, porque hacen  que llore con una emoción contenida a través del cristal imaginario de la amistad secreta!!!!!!!

Sin vuestro aliento, quizás este blog se hubiera extraviado entre la inmensidad de la madre Red!!!!

Brunelleschi o el origen de la arquitectura moderna (I)



Uno de los libros que el pasado año engrosó los huecos de mi estantería dedicada al arte y la arquitectura, fue publicado por la prestigiosa editorial Lunwerg, fundada en 1979 que se dedica a libros de gran formato y calidad, con diversos temas: arte, arquitectura, fotografía, interiorismo, viajes, ciencia, etc., titulado “Los Grandes Arquitectos”, donde Kenneth Powell hace un recorrido por los grandes arquitectos de la historia de la arquitectura. Desde Shah Jahan, emperador y arquitecto mogol, artífice del Taj Mahal (1632-1648) en Agra (India) erigido para su esposa favorita, Mumtaz Mahal, fue concebido como una réplica terrenal de su casa en el paraíso y memorial de su reinado hasta las nuevas visiones de Lord Norman Foster, autor del plan rector de Masdar City (Abu Dhabi), única ciudad del mundo que será 100% sostenible, capaz de albergar 50.000 habitantes con la única participación de las energías renovables, con 0 emisiones de CO2 y sin generación de residuos.

 Vista aérea de Masdar City en Abu Dhabi. Proyecto de Foster + Partners. (Fuente: Foster+Partners).

Aunque hoy me gustaría detenerme en el padre de la arquitectura moderna, aquel que dotó a la arquitectura de personalidad, insuflándole la capacidad de diseñar sobre papel (anteriormente siempre se hacían maquetas a escala) y de diseñar en dos dimensiones, en un plano, aquello que soñamos de manera tridimensional. La personalidad de Filippo Brunelleschi (1377-1446) fue determinante para el desarrollo del Renacimiento, como inventor de la perspectiva lineal, mayor contribución del arquitecto al progreso de la arquitectura. Creador del estilo “renacentista” junto a Donatello (su amigo y con el que viajó a Roma, para aprender de las ruinas de la Roma antigua, sus  formas físicas y el detalle arquitectónico de los arquitectos romanos, en particular, Vitrubio y su obra De Architectura), Alberti y Masaccio.
Como adelanto a la segunda parte, les citaré el epitafio que Filippo Brunelleschi tiene en la cripta donde descansan sus restos en la Catedral de Florencia, Iglesia de Santa Maria dei Fiore,  como síntoma del amor, que todo un país, profesó al gran arquitecto renancentista:
“Aquí yace el cuerpo de Filippo Brunelleschi, florentino, hombre de gran ingenio. Dios Santo. Del valor que tuvo Filippo como arquitecto en el arte de la construcción pueden dar fe documental no sólo la admirable cúpula de este celebérrimo templo, sino también otras construcciones inventadas por su divino ingenio. Así, dadas las eximias dotes de su ánimo y su singular virtud, la patria agradecida concedió enterrar su cuerpo en este lugar el 17 de abril de 1446”.

Corte transversal de la catedral de Florencia realizado por Ludovico Cigoli a finales del siglo XVI, y en el que se aprecia el diseño en doble pared de Brunelleschi.

 

La gestión del agua en la minería del distrito Linares-La Carolina en los siglos XIX-XX



“LA GESTION DEL AGUA EN LA MINERIA DEL DISTRITO LINARES- LA CAROLINA EN LOS SIGLOS XIX-XX”
Autor:              Juan José Argudo García. Ingeniero Técnico de Minas. Técnico Superior en PRL y Auditor en Prevención de Riesgos Laborales.
 Jefe de Servicio del Consorcio de Aguas de La Loma de Úbeda (Jaén-España). Sociedad Mixta del Agua-Jaén, S.A. (somajasa)
         C/ Cruz verde, 14 bajo – 23320 Torreperogil (Jaén)
         juanjose.argudo.garcia@somajasa.es       
INDICE
Resumen/ Abstract
Introducción
Antecedentes históricos
Hidrogeología del sector Linares- La Carolina
La importancia de la gestión del agua en la minería. El desagüe.
Impacto de la tecnología minera en la sociedad de los siglos XIX-XX
Conclusiones
Bibliografía

    
RESUMEN
El enclave minero plúmbico por excelencia, que es Linares- La Carolina, en Jaén, España, durante los siglos XIX-XX de nuestra era, se convierte en un zona tan importante, con un paisaje minero único, con una historia en su comarca de más de 4.000 años, con un patrimonio arquitectónico e industrial sobresaliente, una de las regiones con mayor trascendencia e importancia de minería no férrica mundial, un distrito minero que llegó a ser el mayor productor de plomo en el mundo en 1867, alcanzando cotización internacional, un bien tan excepcional, como para estar siendo estudiado su condición de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y dentro de la actividad minera durante más de una centuria, y con un período álgido de tres décadas, la gestión del agua se convertiría en el primer problema a resolver de una manera eficaz, donde el “desagüe” fue fundamental para la continuidad de las labores extractivas.  El modo de afrontar este requisito necesario, en función de la tecnología disponible en cada momento, hace que se produzca una catarsis en la producción, y por ende, en las consecuencias que provocó en la sociedad, es el tema central de este artículo, que pretende poner de relieve la importancia que tuvo una correcta gestión del agua en la minería del plomo linarense.
Palabras clave: agua, desagüe, gestión, minería, patrimonio.
ABSTRACT
The mining lead area par excellence, is Linares- La Carolina, Jaen, Spain. During the XIX and XX centuries it became a very important area, with a unique mining landscape, with a history of more than four hundred years in its region and with an outstanding architectonic and industrial patrimony. It is  one of the  most important region in mining no irony in the world, a mining district which became the greatest producer of lead in the world in 1867, obtaining international valuation, a exceptional good that was considered a patrimony by UNESCO.

Within the mining activity, for more than one century and in a period of more three decades, the water management was the first problem to resolve in an efficient way. The drainage was essential in the extractive tasks. The way to face this requirement, with the available technology in each moment provoked a catharsis in the production, and its consequences in the society. That its the main subject of this article with tries to underline the importance in water management in the lead mining in Linares.
Key words: drainage, heritage, management, mining, water.

INTRODUCCION
El distrito minero Linares- La Carolina, Jaén- España, es considerado como uno de los enclaves mineros más importantes de la minería no férrica mundial (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 4) siendo su período de máximo esplendor durante los siglos XIX y XX. La actividad minera tiene una antigüedad de más de 4.000 años, hacen de esta zona un referente único para el estudio de la minería del plomo, de la cual, el distrito llegó a ser el mayor productor del mundo, superando a Inglaterra, en 1867, a finales del siglo XIX. Linares y por extensión, Andalucía, es una de las regiones con una más larga y continuada historia minera (Fernández-Rubio y Lorca-Fernández, 2002, 85 ver figura 1), debido a que la explotación de los metales constituye probablemente la más antigua de las industrias humanas y uno de los factores de desarrollo de las civilizaciones (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 4). La consecuencia más importante de estas labores extractivas fue la necesidad de contar con una extensa red de ferrocarril, que dio lugar a la existencia de cinco estaciones férreas, además de un tranvía solamente habitual en las mayores ciudades españolas de la época (Moreno-Rivilla, 2000, ver figura 2).
     



Fig.1. Localización de las labores mineras en Andalucía                 Fig.2. Red de ferrocarril en el sur de España s. XIX
en el siglo XVIII. (Fernández-Rubio, 2002)                                         (Soler-Belda, 2000)
Location of the mining works in Andalucia in XVIII.                          Railway net in the south of Spain in XIX.

Dentro de las cuestiones a las que se tuvo que hacer frente en esta época de la minería linarense de tanta relevancia internacional, fue el problema del “desagüe” del agua de la mina, tantas veces enemigo molesto y mal encarado, (Fernández-Rubio y Lorca-Fernández, 2002, 85). Un problema, que según los expertos en la hidrogeología del sector minero Linares- La Carolina, se resolvió, mediante el llamado “socavón de desagüe” de Linares, construido a destiempo y con escasos resultados en su función básica de facilitar la explotación de las minas (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 79).

 Fig. 3. Socavón general de desagüe de Linares. (Gutiérrez-Guzmán, 2007)
General Hole of drainage in Linares.

Una gestión del agua necesaria y apropiada, que actualmente puede convertirse en un valioso activo ambiental, (Fernández-Rubio, 2008, 23) contribuyendo mediante la extracción de la misma, como aportación a los abastecimientos urbanos, industriales o agrícolas. Esta gestión se basaba en aplicar la tecnología disponible para la extracción del agua a la superficie, y de esta forma, asegurar la continuidad de las labores extractivas. Esta tecnología viró de forma espectacular con la aplicación del vapor, mediante el empleo de la tecnología proveniente de la región de Cornwall, Inglaterra. En capítulos posteriores veremos cómo evolucionó la tecnología aplicada desde los “tornillos de Arquímedes” de la época romana, pasando por los malacates, hasta llegar a la tecnología de bombeo Cornish, conservándose en la actualidad 32 de los edificios que alojaban dichos elementos en todo el paisaje minero, catalogadas como elementos sobresalientes. (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 20).

Fig. 4. Esquema de la casa de bombeo Cornish s. XIX. (Pérez- Sánchez, 2000).
         Cornish-style engine house of pumping in s. XIX

ANTECEDENTES HISTORICOS
El siglo XIX supone una época fundamental para la minería linarense, y por ende, para la sociedad de Linares. La incipiente inmigración motivó el crecimiento del núcleo urbano, afectando al urbanismo y a la cultura tradicional, alcanzando su apogeo con la concesión del título de ciudad en 1875 y la constitución de un juzgado de 1ª instancia en 1876 (López-Cordero, 2003, 7). Asimismo a finales del XVIII entró en vigor el régimen demográfico moderno en España, y comparando la ciudad de Linares y la capital, Jaén, en 1877, se aprecia el notable aumento de población, motivado fundamentalmente por el trabajo minero. Linares contaba por entonces con 31.124 habitantes, mientras que la capital, sumaba tan sólo 24.392, frente a una población total provincial de 403.370 habitantes. Y si tomamos el dato de La Carolina, también se observa el impacto brutal de la minería. Entre 1905 y 1917 se pasó de 9.851 a 19.560 habitantes, casi en su mayoría inmigrantes alemanes, flamencos, franceses, ingleses, suizos e italianos (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 13).
Otro aspecto fundamental asociado al despegue económico fue en 1850, la aprobación de una serie de nuevas leyes. Desde 1825 con la “Ley de Minas”, que establecía que todos los yacimientos pertenecían a la Corona, en 1859 se promulgó otra “Ley de Minas”, que liberalizó el sector minero, permitiendo la entrada de capital extranjero, la exportación fuera de nuestras fronteras y los bajos salarios, hecho que provocó la Revolución de 1868 y la publicación de la “Ley de Bases para la Legislación Minera”, en la que el gobernador civil poseía la facultad de otorgar concesiones, que las concesiones tenían carácter perpetuo y en lugar de exigirse el laboreo para mantener la concesión, era suficiente el pago de un canon (www.elergonomista.com, 2005). A partir de 1868, la exportación de minerales se extendió por todo el mundo, lo que dio lugar a una capitalización internacional, y a una bajada de los precios. Así, las exportaciones de barras de plomo conservó el segundo lugar, a continuación del vino, en las exportaciones españolas.


Por lo que España, y concretamente Linares- La Carolina alcanzó el liderazgo mundial en la producción de plomo, por delante de Inglaterra, desde 1869 hasta 1881, suponiendo la década de esplendor de la minería linarense. En 1864 se contaron hasta 275 minas explotadas en Linares- La Carolina, sin contar las del Estado, con 3.147 obreros, con unas 22 máquinas de vapor en funcionamiento para extracción del agua, y una producción de 196.184 Qm, pasándose en 1868 a 3.866 obreros, con 23 máquinas de vapor, y una producción anual de 352.667 Qm (López-Cordero, 2003, 8).

Tabla 1. Censo de minas en el distrito minero en 1.889. (Gutiérrez-Guzmán, 2007)
                Census of mines in the mining district in 1889.

Aunque hay que resaltar en qué situación trabajó el proletariado en las labores extractivas mineras. Los salarios como ya se ha comentado, eran muy bajos, lo que provocaba que no pudiera disponer de viviendas salubres e higiénicas, con un factor exponencial agravante del trabajo minero subterráneo, las emanaciones de plomo (López-Cordero, 2003, 11). Además también había que considerar que las largas jornadas de trabajo, provocaban que los obreros dormitaran a la intemperie en el mismo lugar de trabajo, para no perder tiempo, debido a que la producción no podía parar. También muy importante la labor de los niños, que trabajaron en socavones de desagüe, que debido a que se realizaban en terreno estéril, se horadaban con la menor sección posible, y eran tan pequeños que sólo fueron construidos por niños o personas de escasa estatura, y generalmente de rodillas (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 78).


HIDROGEOLOGIA DEL SECTOR LINARES- LA CAROLINA
El distrito minero se localiza en la vertiente sureste de Sierra Morena, en el límite suroriental del macizo Hespérico (Hidalgo-Estévez et al, 2002), en el batolito granítico, lugar de un importante enclave metalogénico filoniano (Benavente-Herrera et al, 2002), con una extensión aproximada de 80 Km2. En cuanto a las características, hay que decir, que aunque el granito presente un comportamiento poco permeable, en este caso, aparece fracturado con alta intensidad, que da lugar a una permeabilidad secundaria, dan lugar a zonas de circulación preferente del agua subterránea (Hidalgo-Estévez et al, 2002). A pesar de ello, él área es considerada por los estudios hidrogeológicos regionales como una zona “sin acuíferos de interés”, aunque como se ha indicado en la tabla nº 1, el nº de explotaciones mineras en el término de Linares- La Carolina del censo de 1889 era de 697, provocaba que el número de huecos en el granito, por las refracciones de antiguos pozos y de galerías mineras, unos 13 millones de m3 , que actúan como colectores hidrogeológicos (Fernández-Rubio, 2008, 27) acorde con el número de concesiones otorgadas, la mayoría de ellas, inundadas debido al cese de la actividad extractiva en las minas desde mediados del siglo XX, período intenso que culmina con el cierre de la última concesión minera, en el año 1.991 (Pérez-Sánchez y Schwartz, 2006). El problema del agua, y en concreto de su extracción, para dar continuidad a las labores, ha sido tratado de distinta forma en función de la orografía del terreno. Así mientras que en el área de Linares, se realizaba mayoritariamente mediante bombas de balancín, accionadas por máquinas de vapor, en el distrito La Carolina- El Centenillo, la extracción del agua de las galerías, como se verá a continuación, se realizaba por gravedad, debido a los mayores desniveles topográficos, mediante “socavones” ó “caños” (Benavente-Herrera et al, 2002).
 
Sobre mitad del siglo XX, a finales del 1.950, y debido a que las labores se ubicaban en profundidades de 600 m de magnitud, se intentó reducir los costes de bombeo, proyectándose una galería general de drenaje, a una cota de 200 m por debajo del batolito, que atravesara los principales filones en explotación. La obra concluyó en 1.963, debido a la profundidad de 250 m, y con una longitud total  de 12 Km., y con salida hacia el río Guadalimar, afluente del Guadalquivir (Benavente-Herrera et al, 2002). (Ver figura 5).


Fig. 5. Esquema hidrogeológico simplificado a lo largo del socavón general de desagüe de Linares (Hidalgo-Estévez et al, 2002)
                Hydro-geologic simplified diagram around of general drainage hole of Linares.  

LA IMPORTANCIA DE LA GESTION DEL AGUA EN LA MINERÍA. EL DESAGÜE DE DRENAJE

El primer punto de partida de una explotación minera es la necesidad de drenaje, no sólo de las aguas que se localizan bajo nivel freático, sino también aquellas otras receptoras de precipitaciones atmosféricas o que interceptan aguas superficiales (Fernández-Rubio, 2008, 24). Además, para que el desagüe sea eficiente, debe implicar el menor costo posible, por lo que es necesario y fundamental conocer de forma profusa el sistema hidrogeológico-minero, realizando actualizaciones, y por ende, adecuaciones de las operaciones a lo largo de todas las labores mineras.
           
Fig.6. Drenaje de mina en frente de galería (Foto: R. Fernández Rubio, Fernandez-Rubio, 2008)
                               Mining drainage in front of gallery.  

Como se ha esbozado en el punto anterior, el drenaje de las aguas subterráneas en la minería es uno de los problemas fundamentales, y en concreto en el distrito de Linares- La Carolina, disponemos de ejemplos de dos de los sistemas más ampliamente aplicados para dicho fin: el drenaje mediante la realización de un socavón general de desagüe, que se pude realizar en terrenos donde las características geológicas sean factibles. Y en segundo lugar, tenemos la extracción del agua directamente desde la bolsa subterránea, utilizando los distintos métodos disponibles, en función del desarrollo de la tecnología a emplear (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 9). El primer tipo se da sobre todo en el área de La Carolina- Centenillo, y posteriormente en el distrito de Linares, con la construcción del “socavón general de desagüe”, allá por 1.950.

Tecnología empleada
Desde el tiempo de los romanos, se aportó soluciones tan inteligentes, que se mantuvieron en vigor, con escasas variaciones, hasta la aplicación de la fuerza motriz a mediados del XIX (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 77). Buen ejemplo de ello, es el “tornillo de Arquímedes”, evacuando el agua de las minas, mediante el método denominado “a sangre”, es decir movidas por fuerza muscular, al igual que las norias, encontrándose 7 unidades en 1.911 algunas en buen estado, por parte de Horase Sandars, en el distrito de El Centenillo (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 9) (ver figura 7). De este tornillo, inventado por Arquímedes de Siracusa (287 a 212 a.C), se encuentran reproducciones en la obra De Architectura de Vitrubio (Fernández-Rubio, 2002, 89).
           
Fig. 7. Tonillo de Arquímedes. (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 83). Arquímedes’ s screw.
                   
Fig. 8. Tornillo de Arquímedes encontrado en El Centenillo (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 83)
                Arquímedes screw found in The Centenillo district.

A continuación se emplearon los malacates, muy empleados para labores de extracción en profundidades medias, el cual consistía en un tambor unido a un eje vertical, que se hacía girar con el empleo de tracción animal. Éstos eran económicos y sencillos.

Fig.9. Esquema de un malacate del siglo XIX. (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 10)
          Diagram of Malacate of XIX century.

Aunque la auténtica revolución y hecho trascendental fue la aplicación del vapor a las tareas extractivas. Este hecho supuso una nueva forma de organizar los trabajos mineros, y de asegurar la continuidad de las explotaciones. Además la llegada de la Revolución Industrial, provocó el espaldarazo definitivo para que Linares- La Carolina, y por extensión, España, superara a Inglaterra, y se colocara a la cabeza mundial de la producción de plomo metal (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 217).
La sustitución de tornillos y malacates por la máquina de vapor permitió alcanzar cotas más profundas, y por ende, descubrir filones más ricos. De hecho, la minería linarense fue recogida por la prensa de Cornish, distrito minero por excelencia del sudoeste de Inglaterra, que influyó de forma decisiva, exportando su tecnología, sus ingenieros y sus mineros al distrito de Linares- La Carolina, y en concreto por el Capitán J. Malachy, un minero de gran experiencia de Cornish, que viajó hasta Linares para inspeccionar las labores mineras (Pérez-Sánchez y Schwartz., 2006, 2). Es de notar que la primera máquina de vapor, tipo Compound, se embarcó desde los puertos de Inglaterra en 1844 y fue transportada hasta el Puerto de Sevilla, la cual se instaló en el filón La Cruz (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 218), aunque la primera máquina de vapor, con excelentes resultados en cuanto al drenaje de la mina, fue de cilindro vertical y balancín tipo Cornish,  se instaló en la Mina Pozo Ancho, allá por el año 1849, debido a las labores dirigidas por el ingeniero Duncan Shaw, el cual crearía la compañía The Linares Lead Mining Co, comprando las primeras concesiones mineras sobre el filón Pozo Ancho (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 218).

Los resultados espectaculares de la máquina de vapor en la mina Pozo Ancho, dieron lugar a que se instalaran en el resto de filones del distrito, a excepción de la mina de Arrayanes, que era titularidad estatal (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 219). Aparte a esta tecnología, se empleó algunas máquinas de vapor de acción directa para el desagüe, conocidas como máquinas “bull” (ver figura 10).

            Fig. 10. Esquema de una máquina de bombeo directo,
“bull” (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006)
                Diagram of a direct pumping engine, type “bull”

Una vez que se podía continuar con las labores mineras, gracias a la labor de desagüe de las aguas de las galerías, el proceso metalúrgico continuaba con una segunda fase que era la trituración del mineral, labor que se llevaba a cabo en los Lavaderos. Es significativo que en el distrito minero se construyeran lavaderos con la más alta tecnología disponible en el momento, con el aprovechamiento de los desniveles terrenales. Por ello, hay que destacar el Lavadero de la Mina  de Arrayanes que, equipado con tecnología de la Humboldt Company, de Kark, Alemania, se inauguró en 1.891, y llegó a ser reconocido como el más avanzado de Europa (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 11) (Ver fotografía 11).

Fot.11. Lavadero de la Mina de Arrayanes. (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 35)
                Washing place of Arrayanes Mining.
               
Como se ha comentado en la introducción, el aumento considerable y exponencial de la producción de plomo en Linares, y en La Carolina a partir del inicio de los trabajos, que comprendían además los términos de Santa Elena, Carboneros y Baños de la Encina, hacen que el distrito se sitúe a la cabeza durante el primer cuarto del siglo XX (Molina-Vega, 2000, 391). Con la caída de los precios entre 1902-1903, muchas explotaciones de Linares no logran sobreponerse y la producción se centra en las minas de La Carolina, alcanzando a partir de 1.909, la producción del 66% del total de la producción del distrito (Molina-Vega, 2000, 394).

Aún así, era fundamental dar salida al mineral producido, por lo que se tuvieron que construir varias líneas de ferrocarril. Para ello contó, con cinco estaciones en Linares, que contaba con una adicional línea de ferrocarril “minero”, que recorría las principales instalaciones de las más importantes compañías (Colectivo-Proyecto-Arrayanes, 2006, 12). Mención aparte merece la importante línea de Linares- La Carolina, que tenía paradas en Guarromán y Carboneros. (Ver figura 12) y la línea Linares-Almería, que se construyó para darle salida al mineral por el mar Mediterráneo.


                Fig. 12. Plano de Linares ampliado, con la situación de las estaciones
y el recorrido del tranvía. (Soler-Belda, 2000, 428)
                Extended Plane of Linares, with the situation of stations and the railway run. 

IMPACTO DE LA TECNOLOGIA MINERA EN LA SOCIEDAD DE LOS S. XIX-XX
“La Tecnología nace para satisfacer necesidades humanas”, nos argumenta Ortega y Gasset en 1933 en su Meditación de la Técnica, quizás en el primer tratado filosófico acerca de lo que significa y se entiende por “lo tecnológico” en nuestra sociedad occidental y moderna (Pérez-Sánchez, 2000, 261). Es a comienzos del siglo XX, cuando se reflexiona por primera vez, acerca del impacto que la tecnología provoca en la sociedad, de cómo nos permite evolucionar, otra gran idea desarrollada por el magnífico filósofo español. Es por ello que las industrias de ese tiempo deben de adaptarse a la tecnología disponible, eje vertebral de los condicionantes que se dieron para provocar la Revolución Industrial (Pérez-Sánchez, 2000, 262). Desarrollada entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX, su origen radica en Inglaterra, en primer lugar, extendiéndose al resto de Europa, que sufrirá el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad desde el Neolítico (www.es.wikipedia.org, 2009).
Concretando estas transformaciones a nuestro ámbito minero, queda de manifiesto demostrado que hasta bien entrado el siglo XIX, nuestras necesidades se satisfacían de una manera muy arcaica y muy anquilosada en el pasado. Y es con el desarrollo de la tecnología del vapor cómo, desde Newcomen hasta Trevithick en Cornwall, pasando por Watt, se evoluciona en el desagüe de las minas (Pérez-Sánchez, 2000, 263) y se alcanzan cotas insospechadas de producción, y unos niveles de progreso, con la constitución de compañías, si bien es cierto con capital extranjero (Moreno-Rivilla, 2000, 250) con un crecimiento demográfico espectacular durante 1.850, con una población estancada en la primera mitad del siglo XIX, a una cota del 86% de crecimiento en 10 años (López-Cordero, 2003, 2). Hasta que, con el declive del precio del plomo a comienzos del siglo XX, se prolongó la actividad por otros casi 90 años, aunque se redujo de forma irremisible por la baja remuneración, los altos costes y el empobrecimiento de filones, clausurándose de forma progresiva cada explotación del distrito (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 230).
Además el desarrollo de las labores mineras, condujeron a un modo de vida del minero con graves deficiencias; largas jornadas de trabajo, condiciones de trabajo muy extremas, sometidos a muchos riesgos (emanaciones de plomo que podían provocar saturnismo), salarios muy bajos, debido a que abundaba la mano de obra extranjera, viviendas que no reunían las mínimas condiciones de salubridad, agraviado con la falta de higiene personal hecho que provocaba que muchos mineros durmieran a la intemperie en los mismos lugares de trabajo, que mejoró con la llegada del ferrocarril y del tranvía.

CONCLUSIONES
La singularidad y variedad arquitectónica  que a lo largo de más de 120 Km. de radio, que corresponde a la extensión del distrito minero (www.ideal.es, 2009) supone un motivo más que suficiente como para unir los esfuerzos de las Concejalías de Turismo y Patrimonio del Excmo. Ayuntamiento de Linares, a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, con la meta bien clara y manifiesta: que las siluetas que han dado forma al paisaje minero del distrito Linares- La Carolina, cobren vida en un ambicioso proyecto turístico, donde la recuperación, valoración, protección y divulgación de los lugares más significativos de la zona, (Argudo-García, 2000) den esplendor al núcleo central: la mina visitable en el filón de los Lores, dentro del Parque Minero, con una tecnología expositiva en el Centro de Interpretación de última generación, en pleno siglo XXI, para dar a conocer los sistemas de tratamiento  y explotación del mineral, con la exposición del modo de vida de los mineros, mujeres y niños (www.ideal.es, 2009) de los siglos XIX y XX.
Esfuerzos realizados, desde el cierre de la última explotación minera, allá por 1991, por el Colectivo Proyecto Arrayanes (www.proyectoarrayanes.org), para recuperar la dignidad de nuestro pasado, deberían verse correspondidos con una designación por parte del organismo internacional para ser incluidos en la lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad. Y con la creación del Museo y del Centro de Interpretación de la Minería, poner de manifiesto la grandeza de nuestra tierra, y respetando la arquitectura originaria, rehabilitar los edificios Cornish para el Museo, con sus elementos, maquinaria y equipamiento, en el filón de Los Lores (ver fotografía 13).

Fot. 13. Pozo Santa Annie de la Mina La Tortilla. Inscrito en el Catálogo General de Patrimonio
Histórico Andaluz nº 14/65 (Gutiérrez-Guzmán, 2007, 279)
                Santa Annie shaft in the Tortilla  Mining. Inscribed in General Catalogue of Historic
Andalusian Heritage with nº 14/65.

Al igual que ocurre con otros centros mineros de referencia nacional y europea, el distrito Linares- La Carolina, centrará los esfuerzos en ofrecer una museografía diferente y de última generación, y debido a la ubicación perfecta, cerca de  la futura Autovía A-32 Córdoba-Linares-Albacete, la cual ya se encuentra en fase de ejecución en algunos tramos de la provincia de Jaén, dan la posibilidad al futuro visitante de remontarse en la historia linarense, pudiendo realizar otras actividades de ocio en la ciudad según la interesante oferta. La inversión es muy importante, más de 4,2 millones de euros, como para atraer, según los estudios de mercado, a unos 200.000 visitantes/año, según las previsiones del área de Turismo de la ciudad de Linares, aumentarían de nuevo las expectativas en plena crisis, mejoraría los niveles de empleo y dotaría a la ciudad de un motivo por el que volver al pasado, volver a la leyenda, para mejorar el futuro.

  
BIBLIOGRAFIA
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e-mail: info-es@wikipedia.org

(Este artículo fue publicado en la prestigiosa revista internacional De Re Metallica, que edita la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero, SEDPGYM).