lunes, 3 de marzo de 2014

Tríptico de una pasión - segunda parte



II.
Por Melilla la Vieja ya comenban,
el modo en que un joven militar
cortejaba a una joven de la ciudad,
hablaban, cuchicheaban, reflejaban
con palabras la incipiente amistad
que el legionario había cimentado
con la sobrina-nieta de Mustafá,
lanzaban al aire elogios frescos
que sonaban a versos de verdad.
Decían que el almeriense era noble,
si entre mujeres andaba el juego,
pues tenía carrera de ingeniero,
y pretendía quererla sin piedad,
haciendo de su vida un rosario
de hechizos en la intimidad.
El primer beso que se dieron,
fue en el Antiguo Cine Monumental
a bordo de una patera de ensueño
pues los tuvieron que desalojar,
y muy nerviosos y sonrientes
hasta el Faro se dirigieron
para con luz sellar su amor,
una luz que anunciaba un destino,
un destino que titulaba desazón.



(segunda parte)

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