domingo, 30 de marzo de 2014

Norman Foster. El constructor de futuro.





Norman Foster, asegura que el futuro de una ciudad como el Distrito Federal está en invertir en infraestructura.

Estudió arquitectura en la Universidad de Manchester y obtuvo después una beca para proseguir sus estudios en la Universidad de Yale.  


¿Qué tienen en común el Parlamento alemán en Berlín, el Puente del Milenio en Londres, el aeropuerto de Beijing, y el viaducto de Millau al sur de Francia?

Son todos íconos futuristas de las ciudades que los albergan, y todos fueron diseñados por el arquitecto Norman Foster.

El futuro es su obsesión. Su trabajo es anticiparlo para luego construirlo.
"Para ser arquitecto tienes que ser optimista. Tienes que creer en el futuro", define el Premio Pritzker 1999 (el Premio Nobel de la arquitectura).

Desde las oficinas centrales de Foster + Partners en Londres, el creador británico describe a Grupo REFORMA el futuro que sueña y que diseña.

Un futuro donde la gente vive en ciudades cuyas edificaciones les humanizan. Los conectan con los demás y con su entorno.

"La arquitectura debe tranquilizarte y darte confianza. Darte la bienvenida y hacerte sentir bien", afirma con una voz que tiene justo ese efecto.

Nació en 1935 en Manchester, pero su acento recuerda más a la Cámara de los Lores que a la industriosa ciudad del norte británico.

"En un mundo ideal, siempre sabes dónde estás, siempre tienes un punto de referencia. La calidad de la luz y estar consciente del clima exterior es muy importante".

Pantalón de pana azul marino. Camisa blanca estampada con flores y corbata también azules. Su ropa y sonrisa rápida le rejuvenecen.

Los enormes ventanales del ala principal de su despacho descubren un típico día de marzo londinense. Nublado, airoso, frío.

Es casi la una de la tarde. Sentado de frente al Támesis, Foster ejemplifica.

"En el aeropuerto de Hong Kong (otra de sus obras reconocidas internacionalmente), siempre sabes si estás del lado de las montañas o del lado del mar. En una era digital, los edificios deben representar una experiencia análoga. La peor experiencia es un mundo digital en una era digital, donde tu único punto de referencia es una escalera, un pasillo interminable, niveles que no hacen sentido. No sabes dónde estás. Estás perdido, desorientado".

Desde el tradicional barrio londinense de Chelsea, a la altura del Puente de Alberto, las instalaciones de Foster + Partners dominan la margen sur del río Támesis.

En su compañía trabajan más de mil 200 personas. Mil en la capital británica, y el resto en alguna de sus 14 oficinas distribuidas por el mundo. Incluyendo Buenos Aires y Sao Paulo en América Latina.
El campus, como ellos lo llaman, tiene su epicentro en la edificación principal de Riverside, complejo que incluye oficinas, departamentos y un gimnasio. Todo diseñado, obviamente, por Foster.

El corazón del estudio de arquitectura ocupa los tres primeros pisos del edificio de ocho plantas ubicado en el número 22 de la calle Hester.

Sobre la misma calle, dos pabellones de dos pisos cada uno completan el despacho. 

Un Mercedes negro con placas diplomáticas de la embajada de Colombia espera frente a la entrada. El arquitecto y su esposa Elena -de nacionalidad española y psiquiatra de profesión- cenarán en dicha embajada ese día.

Las charlas que se enciman, acompañadas del sonido de cubiertos al chocar con la loza, dan la sensación de estar entrando a una cafetería.

Al final de una larga escalera de mármol negro, la recepción no es más que un pequeño escritorio de cristal con una Mac encima.

Detrás, una amabilísima recepcionista francesa controla el acceso y los teléfonos. Lleva más de 24 años trabajando en el despacho, pero por el entusiasmo con que lo describe pareciera haber entrado ayer.
Una barra, también negra, recorre por todo lo alto la escalera. Donde acaba la barra, una caja registradora marca el inicio de la cafetería. De ahí el característico sonido ambiente.

Es el centro social de Foster + Partners. Todavía fuera del área de oficinas.

El diseño interior evoca modernidad, vanguardia. Aún aquí, la tecnología no tiene palabra. La red de internet para visitantes no funciona, y nadie sabe bien por qué.

Un ancho y corto pasillo conectan la recepción con el área principal de oficinas. Del lado izquierdo, de piso a techo, un enorme anaquel metálico resguarda una impresionante colección de maquetas.

Por ese pasillo aparece Lord Norman Foster, quien ostenta ese título nobiliario desde 1990.
Lo acompañan su jefa de comunicación, Katy Harris, y dos arquitectos más, uno mexicano y otro colombiano.

Tras un breve recorrido, se sienta en una mesa redonda blanca de unos tres metros de diámetro.
Es su sala de juntas. Sin paredes o división alguna del resto de la oficina.

"La escala de la Ciudad de México desafía la imaginación. Es enorme", describe como introducción a la charla el ganador de más de 600 reconocimientos a nivel mundial, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009.

-¿Cómo se mejora una ciudad tan grande y mal planeada como la Ciudad de México?, ¿por dónde se empieza?

Bueno, pienso que se empieza por su infraestructura. Atendiendo temas de movilidad. Reduces la dependencia del automóvil para reducir el tráfico y la contaminación. Sin olvidar el hecho de que con el tiempo, al evolucionar, los coches se harán más limpios y amigables.
Atiendes las puertas de entrada a la ciudad. Cómo llegas, cómo te mueves. Todos estos son temas de infraestructura. Por eso es alentador que haya un compromiso del cuerpo político, del Presidente (de México), de invertir en infraestructura.

El futuro de las sociedades son las ciudades, y el futuro de las ciudades está en invertir en la infraestructura que permita moverse libre y limpiamente, en la creación de zonas que se autosatisfacen, en el sentido de que no sean guetos de la industria o la vivienda, sino que sean una verdadera mezcla y, en ese sentido, sean más autosustentables.

Así que ¿dónde empiezas?, empiezas con infraestructura. Se trata también de renovar, de invertir en las nuevas generaciones. Eso es positivo.

-Para un proyecto en México, ¿dónde buscar fuentes de inspiración?

Todo lugar es especial, y hay lugares que son distintos a cualquier otro. Pienso que México es uno de esos lugares. Es muy diferente en toda clase de formas interesantes.

Tiene una historia extraordinaria en la creación de proyectos a escala de ciudades con tecnologías que se han desvanecido.

Pienso en la ciudad azteca, o la ciudad maya, que fueron logros extraordinarios. Tenemos después distintas arquitecturas importadas, la arquitectura colonial. Y tienes después un periodo moderno de arquitectura mexicana con elementos que no existen en ningún otro lugar.

Pienso en las fachadas con murales muy grandes. Artistas como Rivera u Orozco, y toda esa generación. Y un manejo muy interesante de las escalas, que quizá tenga sus raíces en algunos de estos monumentos aztecas y mayas.

Así que tienes esta gran dimensión monumental, y luego, por supuesto, tienes la tradición popular de colores extraordinarios ya sea en textiles, telas o algunos íconos religiosos. Una extraordinaria paleta de colores muy vivos y el uso del blanco como color de base.

-¿Hay alguna construcción que le llame la atención en particular?

La última vez que estuve en la Ciudad de México vi esta ciudad prehispánica en los alrededores, Teotihuacán. Me pareció increíble. Estuve ahí con mi esposa Helen, y justo estuvimos hablando de ella.
Me parecieron increíbles sus fenomenales vistas, y su extraordinaria infraestructura de agua y drenaje. Era una comunidad muy sofisticada. Impresionante aún en estos días.

Y, otra vez, el tamaño. Cuando pienso en eso, es de una dimensión formidable aún ahora.

-¿Digamos entonces que cuando piensa en arquitectura mexicana piensa en monumentalidad?

Monumentalidad en su generosidad. Hay una cierta cualidad heroica en ello. Pienso también en muchos creadores y las tradiciones de Barragán, Legorreta. Todo con formas muy atrevidas y colores fuertes.
Pienso en la Universidad (Ciudad Universitaria) y la clase de murales heroicos que son parte integral de su arquitectura. Así que es la fusión de arte y arquitectura que pienso que no existe en ningún otro lugar.
Pienso que el arte de los murales es algo que es muy específico de un periodo en la arquitectura mexicana.

-En Europa y Asia aseguran que la modernidad y su obra son la misma cosa. ¿Está de acuerdo con esa definición?

Si la modernidad es capturar el espíritu de la época y trata de empujar los límites, pienso que sí.
Se tienen que lograr cosas con la tecnología de hoy que no eran posibles en épocas previas, pero al mismo tiempo aprender de la historia, del pasado.

Buscar diseñar para el futuro con una agenda social, conscientes de que los edificios tienen que ver con la gente y los retos de la época.

En ese sentido, si la modernidad es estar a la vanguardia, eso nos impulsa como diseñadores. Desata nuestra imaginación, nos mantiene y estimula.
Creo con pasión que trabajamos en los temas de hoy, en temas modernos, siempre tratando de anticipar el futuro.



Fuente: www.tabascohoy.com

Shigeru Ban: Ganador del Pritzker 2014

 

El arquitecto japonés Shigeru Ban (Tokio, 1957) ha sido galardonado este lunes con el Premio Pritzker 2014, considerado el Nobel de la disciplina, por sus proyectos "elegantes e innovadores para clientes privados" y también por usar "el mismo diseño inventivo y habilidoso para sus amplios esfuerzos humanitarios".

Así lo ha anunciado en Chicago Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, que desde 1979 otorga este premio y que en esta edición ha querido destacar la labor humanitaria de un profesional que es un "caso raro en el terreno de la arquitectura".

El ingeniero, jurado del propio Pritzker entre 2006 y 2009 y reconocido como uno de los más innovadores del mundo, es autor, entre otros edificios, del Centro Pompidou-Metz.

De su labor solidaria da fe, por ejemplo, la reconversión de un antiguo campo de béisbol en un barrio construido con contenedores de barco para dar un techo a casi 500 desplazados tras el tsunami que asoló su país en 2011.

Ban también construyó medio centenar de viviendas provisionales para familias de Puerto Príncipe que quedaron sin hogar a causa del terremoto que sufrió el país caribeño.
Sus construcciones sencillas con materiales humildes como el cartón y su labor humanitaria en situaciones de emergencia definen a un arquitecto que no intenta minimizar el resultado sino el procedimiento.

Él mismo se define como un hombre modesto, que odia el desperdicio y que por ello utiliza lo que está disponible en cada lugar.

El pasado año visitó Madrid con motivo de la construcción en el campus de IE University de un pabellón temporal, edificado con más de 173 tubos de papel unidos por juntas de madera que descansan sobre columnas de papel.

Entonces había recibido el Premio Pritzker el también japonés Toyo Ito y al ser preguntado sobre la posibilidad de que él fuera el siguiente consideró que este galardón no le iba a llegar tan pronto, pues era necesario "alcanzar el máximo nivel en la profesión".

La búsqueda del equilibrio

Su implicación social y los materiales que utiliza para la construcción le han convertido en uno de los arquitectos más singulares de los últimos años y es para la revista 'Times' uno de los personajes más de actualidad del mundo.

No le gustan los detalles sofisticados ni le interesa el uso superficial de un material. Para él, lo importante es la investigación de las características propias de ese material para descubrir otras posibilidades en su utilización.

Ban empezó a usar papel reciclado en sus construcciones en 1986, al ver que era de bajo coste y con la idea de demostrar que los materiales débiles tienen una vida más duradera.

Además, el galardonado ha defendido durante su intensa trayectoria que las personas que viven en construcciones temporalmente "no quieran salir de ellas".

Para él, la arquitectura debe contribuir a mejorar la sociedad, pese a que tradicionalmente los arquitectos trabajan para "enseñar el poder y el dinero de la gente privilegiada a través de sus construcciones", manifestó durante una entrevista hace unos años, en la que aseguró: "Eso no era lo que yo realmente quería hacer, así que tuve que buscar mi propio equilibrio".

En 1995 llevó su filosofía y su modo de hacer a Ruanda. Al enterarse de las míseras condiciones de los desplazados en este país ofreció una ayuda que se materializó en refugios y viviendas, con materiales extraordinarios, especialmente cartón, material que volvió a usar en Japón tras el terremoto de Kobe, donde no solo construyó viviendas en una semana sino que enseñó a los ciudadanos a hacerlas.
Con cajas de cerveza llenas de arena, sobre las que se levantaban las paredes de papel, formadas por tubos de 108 milímetros de diámetro y 4 milímetros de grosor, y un tejado en lona con un sistema sencillo de movilidad, las cabañas no sólo eran estéticamente bonitas, sino también fáciles de transportar almacenar y reciclar.

Ban, que para ganar tiempo en situaciones de emergencia creó una ONG, sorprendió también en Christchurch (Nueva Zelanda), ciudad duramente golpeada por un devastador terremoto, donde construyó una increíble catedral con estructura de cartón, en forma de triángulo y resistente al agua, el fuego y los terremotos.

"La fortaleza de un edificio no tiene nada que ver con el material. Los edificios de hormigón se caen con los terremotos, pero no los de papel", defiende Ban, cuya iglesia de cartón en Taiwán, construida tras el seísmo de Kobe, continúa en uso después de más de 20 años.

Perdurabilidad y rentabilidad económica

En la otra mitad de su tiempo, la que no se ocupa de ayudar en situaciones de emergencia, Ban construye grandes edificios como la sucursal del Centro Pompidou en Metz, ciudad situada en el norte de Francia. El rompedor diseño de Ban suscitó algunas reservas y algunos lo llamaron 'la casa de los pitufos' al entender que guardaba cierta semejanza con una seta monumental.

Cuando se le pregunta por la perdurabilidad de los materiales que utiliza, defiende que la duración de un edificio no tiene que ver con la fortaleza de los materiales con que está construido y que en ella influye el hecho de que tirar un edificio sea económicamente rentable.

Confiesa que hace lo que le interesa, defiende a los arquitectos que buscan retos, no se considera un arquitecto estrella y lamenta no ser profeta en su tierra al ser escasos los proyectos que le solicitan desde Japón.

El arquitecto sustituye en el palmarés a su compatriota Toyo Ito, ganador en 2013 por una obra "que combina innovación conceptual con edificios soberbiamente ejecutados".

El jurado ha estado compuesto por el chileno Alejandro Aravena, director ejecutivo de la Elemental de Santiago; el arquitecto chino Yung Ho Chang; la arquitecta alemana Kristin Feireiss; el Pritzker 2002, Glenn Murcutt; el finlandés Juhani Pallasmaa; el juez estadounidense Stephen Breyer, el indio Ratan N. Tata y la estadounidense Martha Thorne, directora ejecutiva del premio, según recoge la web oficial del galardón.
El Pritzker fue instituido en 1979 por Jay A.Pritzker y su esposa, Cindy, fundadores de la cadena hotelera Hyatt, con sede en Chicago (EE.UU.), para reconocer el trabajo de profesionales vivos que hubiesen demostrado cualidades como el talento, la visión y el compromiso aplicados a contribuir al desarrollo de la humanidad y su entorno, así como al arte de la arquitectura.

Desde entonces ha recaído en arquitectos como el español Rafael Moneo, el mexicano Luis Barragán, el portugués Álvaro Siza, el italiano Renzo Piano, el estadounidense Frank O. Gehry, el japonés Tadao Ando, los británicos Norman Foster y Richard Rogers, el francés Jean Nouvel o la iraní Zaha Hadid.
Los galardonados reciben un premio en metálico de 100.000 dólares (unos 72.000 euros al cambio actual), un certificado y, desde 1987, un medallón de bronce en cuyo reverso hay grabadas tres palabras: 'Firmitas, utilitas, venustas' ( firmeza, belleza y utilidad), los principios fundamentales de la arquitectura de Vitruvio. Antes de ese año, eran obsequiados con una edición limitada de una escultura de Henry Moore.

Fuente: www.elmundo.es/cultura

Ranking MIT sobre arquitectos




Ranking MIT: ¿Quiénes son los arquitectos de mayor producción cultural de la humanidad? 

Como ocurre cada año, la entrega del premio Pritzker expande -por unos días- las fronteras del circuito profesional, convirtiéndose en materia de reportaje para los medios de prensa masiva. Con el anuncio, el premiado convierte automáticamente su obra en un sello de vanguardia para el interés de estudiantes, colegas, políticos, editoriales y el exclusivo mercado de mandantes.

Por otra parte, la selección del Jurado inevitablemente reactiva en el público general la discusión en torno a una pregunta –honesta, ingenua, majadera o insidiosa, según quién y cuándo la realice- acerca de quiénes son los mejores exponentes de la arquitectura, pues el Prtizker no le toma el pulso a un momento exacto del mercado ni levanta ganadores de la temporada como los premios Oscar, sino reconoce con honores una destacada trayectoria: a aquellos quienes “hacen una contribución significativa y consistente hacia la humanidad”, como lo define el Jurado, o, a ese momento “cuando alcanzas el máximo nivel en la profesión”, como argumentó tiempo atrás Shigeru Ban para creer que no era el próximo japonés en la lista del premio. No obstante, es probable que entre quienes abran el periódico para encontrarse con la noticia del Pritzker, más de alguno se preguntará –o consultará a algún amigo(a) arquitecto(a)- por curiosidad o interés: 

¿quiénes son los arquitectos más famosos del mundo?

En el Pritzker no hay nominados ni una terna final (al menos no públicamente) y el público general puede creer que en realidad se premia popularidad, y no rigurosidad de un discurso o una trayectoria admirable. Más allá de aquella confusión contemporánea entre popularidad y calidad, la pregunta es válida de realizar, pero difícil de responder con decisión y claridad. En ese contexto, desde el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Macro Connections Group creó el proyecto Pantheon, con tal de responder una pregunta bastante más amplia y compleja, estimulada por el boom del Big Data: ¿quiénes son los personajes históricos de mayor producción histórica cultural? Y claro, hay arquitectos. 74, específicamente.


El proyecto del Macro Conecctions Group recopila, analiza y visibiliza información sobre la popularidad y producción histórica cultural. Seleccionaron 11.340 personajes históricos nacidos entre 4.000 AC y el 2010, quienes cumplieron una condición básica: que su página en Wikipedia estuviera disponible en al menos 25 idiomas distintos: valor denominado L, y siete variables que lo corrigen  (cantidad de idiomas disponibles, año de nacimiento y capacidad de trascendencia, millones de páginas visitadas entre 2008 y 2013 según idioma, etc), creando una fórmula denominada HPI (Historical Popularity Index), la cual mide la popularidad o impacto global de los personajes históricos, que han quebrado las barreras del espacio, el tiempo y los idiomas.
Ante de pasar a los resultados, aclaremos: Pantheon se define como un “recurso incompleto”, y los creadores lo ven como un desafío para seguir compilando, refinando, analizando y visibilizando nuevas fuentes de información. Recomendable entenderlo como un ejercicio que busca y adapta variables para alcanzar un valor homogéneo para todos los personajes históricos y poder ranquearlos. Por lo mismo, mide la popularidad, y no necesariamente calidad. Ahora sí: seis principales conclusiones de los resultados.



Ranking de los 20 arquitectos con mayor producción histórica según Pantheon
I. Le Corbusier entre Imhotep y figuras del renacimiento: la trascendencia de Le Corbusier queda de manifiesto al obtener el segundo lugar entre figuras de la Antigüedad, la Edad Media y el Renacimiento. De hecho, el primer lugar se lo lleva Imhotep, faraón egipcio del siglo 27 aC, a quien se le atribuye el diseño de la pirámide escalonada de Zoser y el proceso logístico de su construcción; el tercer lugar va para Giotto Di Bondone -más conocido por su obra como pintor- fue arquitecto diseñador del campanil de La Basílica de Santa Maria del Fiore; cuarto lugar para Vitruvio, (‘De Arquitectura’) y quinto para el renacentista Gian Lorenzo Bernini (Plaza de San Pedro).

II. Mundialmente conocido, pero…: De los 20 primeros lugares, llama la atención la figura del alemán Albert Speer (14°), arquitecto tristemente célebre por ser la mano derecha de Adolf Hitler en el Tercer Reich y por liderar el ambicioso proyecto de remodelación de Berlín tras una hipotética consagración mundial nazi en la proyectada Nueva Germania. Y a partir de esto, cabe considerar que ser trascendente a nivel mundial no asegura que el legado se dé estrictamente dentro del área de la arquitectura o por una trayectoria excepcional, como ocurrió con Speer.

III. El legado de los starchitects: Se suele hablar de los starchitects como una constelación de arquitectos, pero pocas veces se discute sobre quién sería el primero entre ellos. Según los resultados de Pantheon, Frank Gehry es el starchitect mejor ubicado (15°), seguido por Sir Norman Foster (18°) y Renzo Piano (20°). Santiago Calatrava alcanza el 30°, Rem Koolhaas se ubica dos puestos más abajo y Zaha Hadid, la única mujer del estudio, en el 48°. No está de más mencionar que aquellos arquitectos asociados bajo el paraguas de una sigla (SANAA) o las duplas (Herzog & De Meuron) no aparecen en el listado, pues el registro considera a personajes históricos y no instituciones o agrupaciones.

IV. Latinoamericanos mundiales: En una repartición concentrada por Europa, Latinoamérica entrega 5 arquitectos de gran producción histórica cultural a la humanidad, y tres de ellos ganadores del Premio Pritkzer en algún momento: Óscar Niemeyer (24°, Pritzker 1988), secundado por el argentino César Pelli (65°), el brasileño Paulo Mendes da Rocha (66°, Pritzker 2006), el mexicano Luis Barragán (68°, Pritzker 1980) y el expresidente peruano Fernando Belaúnde Terry (73°), de profesión arquitecto.

V. Arquitectos versus Aristóteles: Resulta interesante señalar que los puntajes de los arquitectos están lejanos de los principales personajes. De hecho, Imhotep, primer lugar entre arquitectos, alcanza la posición 116° a nivel mundial, entre Víctor Hugo (‘Los Miserables’) y Elvis Presley, y lejano del primer lugar, concedido a Aristóteles. ¿Los arquitectos no somos los suficientemente valorados a nivel mundial?

VI. Un vacío de dos milenios: No es casualidad la aparición de amplios vacíos temporales de liderazgo arquitectónico. Por ejemplo, entre Imhotep y Hipodamo de Mileto hay 2152 años de distancia y entre Apolodoro de Damasco (101) y Abbot Suger (1081), hay casi un milenio. Consideremos que el arquitecto adquiere rol de profesional como tal y sale del anonimato como oficio, recién entrado el periodo del Renacimiento europeo, fundamentalmente en Italia (Filippo Brunelleschi, Andrea Palladio, Gian Lorenzo Bernini, etc), lo cual también explica que este país lidere el ránking con 14 arquitectos, pues el proyecto Pantheon considera los límites políticos actuales.


En la segunda parte analizaremos a los galardonados de los principales premios de arquitectura y conversaremos con César A. Hidalgo, director del proyecto Pantheon del Macro Conecctions Group del Massachusetts Institute of Technology.

Fuente: www.plataformaarquitectura.com