No
te quedes inmóvil
al
borde del camino
no
congeles el júbilo
no
quieras con desgana
no
te salves ahora
ni
nunca
no
te salves
no
te llenes de calma
no
reserves del mundo
sólo
un rincón tranquilo
no
dejes caer los párpados
pesados
como juicios
no
te quedes sin labios
no
te duermas sin sueño
no
te pienses sin sangre
no
te juzgues sin tiempo.
Pero
si
pese
a todo
no
puedes evitarlo
y
congelas el júbilo
y
quieres con desgana
y
te salvas ahora
y
te llenas de calma
y
reservas del mundo
sólo
un rincón tranquilo
y
dejas caer los párpados
pesados
como juicios
y
te secas los labios
y
te duermes sin sueño
y
te piensas sin sangre
y
te juzgas sin tiempo
y
te quedas inmóvil
al
borde del camino
y
te salvas
no
te quedes conmigo.
(Poema regalado, con motivo del cumpleaños de "el escritor paciente")