Esta pregunta retórica me planteaba,
desde que hace un rato breve
mis mejillas toscas me rasuraba,
antes de caer dormido en un sueño leve.
Quizás fue el mayor regalo recibido
por unos padres jóvenes y apuestos,
quizás sea la manera con que estos
quieren regalarnos un futuro renacido.
Pues el tiempo en que lo conocimos,
llegó meses antes de la noticia,
de un abuelo que pierde el ritmo
con su nieto, sus besos y sus caricias.
Pero también supo aportar grandeza
a unos nerviosos y primerizos padres,
que son los artífices de esta gran proeza,
educar y criar a un precioso encuadre.
Un encuadre rubio que ríe hermoso,
pues tiene nobles aliados en su favor,
unos arrumacos sinceros celosos
recibe de un padre a estribor.
Aunque la madre atrás no se queda,
pues seguro redobla caricias de amor,
a un vástago que crece como la seda,
a costa de sacrificios y esfuerzos a babor.
Pues llega entre olor de multitudes,
sin ir más lejos esta mañana,
con múltiples brazos que lo acunarían,
sin reparo hasta el fin de los días.
Cómo puede un ser tan inocente
provocar tantas y sentidas reacciones,
con una sonrisa que nunca miente,
reparte amor y sana corazones.
Desde la distancia, enviamos sinceras
caricias que puedan recoger
sus mejillas sonrosadas al anochecer,
de una familia que lucha unida de veras.
Para que los abuelos aún puedan dotar
de mayor protagonismo a su retoño,
viendo cómo se va pasando el otoño,
soñando con otro verano para disfrutar.
En la arena de una playa valenciana,
con los castillos de arena aún en pie,
esperando al abuelo y al nieto también,
abriendo las puertas de un feliz mañana.
Y al plumilla que estas letras suscribe,
despierta recelosos deseos paternales,
siendo diestro con los traviesos chavales,
sueño que mi alma ya se desvive.
Por un/a retoño/a que nos haga madurar,
y venga a ocupar su lugar en el cuadro,
de otra familia completa al celebrar,
que los abuelos disponen de otro regalo.
Y justo cuando despierto del sueño,
transcribo estas palabras dedicadas,
a un niño terso y amoroso en el empeño,
que un año cumple en unas semanas.
Pablo, felicidades y gracias, por tu vida
por tus padres, por tu gracia y tu risa,
porque aunque no te veamos día a día,
sé que te mima mi querida hermana Isa.
Y por darnos tanta fuerza desde la distancia.
10 de
noviembre 2013 JUANJO.
(Con motivo del primer aniversario el próximo 23 de noviembre de 2013)
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