domingo, 18 de julio de 2021

Palabras a mi sobrino Carlos, con motivo de su Primera Comunión

 

Buenas tardes, disculpen que el soliloquio comience con una pregunta compartida, ¿Ustedes creen que estamos ante un niño feliz que hace su Primera Comunión? ¿Carlos, es hoy el día más feliz de tu vida?

Pues siendo hoy, 10 de julio de 2021, el día más feliz, no quiero que mis divagaciones hagan presencia en este día tan hermoso para Carlos y todos los presentes, después de una liturgia tan entrañable, porque hoy hablarán desde un emperador hasta tres grandes padres. En este año que se conmemora el 200º aniversario de la muerte de Napoleón Bonaparte, quien cautivo en la isla de Santa Elena, preguntó a sus generales cuál creían que había sido el día más grande de su vida...y casi al unísono, todos corearon el día de su coronación en la Catedral de Notre Dame de París, el de las principales victorias…y cuando se hizo el silencio, el emperador francés dijo: “El día más hermoso de mi vida fue el de mi Primera Comunión”…Todos mostraron su sorpresa, y a uno de ellos, al general Drouot, se le saltaron las lágrimas…entonces Napoleón le puso la mano en el hombro y le dijo: “¡Bravo Drouot, sois el único que me habéis comprendido!” (sólo deseo Carlos, que tu vida sea tan magnífica y maravillosa, para que este día no sea el más hermoso de tu vida, y vengan muchos días inolvidables para un apasionado de la historia, con tan sólo 10 años).

El primer padre que hará acto de presencia no está en esta iglesia, aunque sí en toda la Iglesia Universal (con mayúsculas), y no es otro que Angelo Giuseppe Roncalli, por todos conocido como Juan XXIII, o más exactamente, San Juan XXIII, el cual siempre será recordado por el cariñoso apelativo de Il Papa Buono, el cual nos dejó para la posteridad, una historia que siempre  relataba a los niños. Cuando se sentaba en la silla gestatoria, la silla en que se sentaban los papas para caminar entre el pueblo (que ahora ya no se usa) contaba que la silla más hermosa en la que fue llevado (mejor que la gestatoria) fue cuando con tan solo 8 años y vivía en Sotto il Monte, un pueblecito a las afueras de Bérgamo, hizo la Primera Comunión. Y cito: “Para ir a comulgar por primera vez tuve yo que recorrer hasta la capilla donde recibía por primera vez a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar ocho kilómetros porque vivíamos en el campo y la capilla del pueblo se encontraba a 8 kilómetros. A la vuelta yo estaba muy cansado y me trajo mi padre en sus brazos, y la verdad es que el recuerdo de aquel gesto de amor por parte de mi padre lo llevo por siempre en mi corazón(ya sabes que tu padre te ha llevado en muchas ocasiones, cuando dormido, volvíais a casa, pero también tenías mis brazos y los de toda tu familia y amigos y los seguirás teniendo para que tu cansancio no te derrote nunca…).

El segundo padre de la Iglesia que viene a contarnos una pequeña historia es otro italiano, Giuseppe Melchiore Sarto, nacido en Treviso, Venecia…(¿te acuerdas Carlos de Venecia?), más conocido como Pío X, el cual recibió un día en audiencia a una señora que llevaba consigo a un niño de 4 años… El papa acariciándole le preguntó: “¿Cuántos años tienes?”, “Cuatro – respondió la madre – dentro de dos o tres hará la Primera Comunión”. El papa preguntó al niño con cariño…”¿A quién se recibe en la Sagrada Comunión?”, “A Jesucristo” – dijo prontamente el niño – . “¿Y quién es Jesucristo?”. “Jesucristo es Dios” – dijo el niño con igual presteza –. Entonces el Papa volviéndose a la madre le dijo: “Traédmelo mañana y yo mismo le daré la Primera Comunión”.

(Carlos no esperamos de ti que seas tan rápido respondiendo a todo, pero eres tan inteligente y te esfuerzas tanto en todo lo que haces, que las recompensas vienen solas).

Y por último, el tercer gran Padre, San Juan Pablo II, canonizado por el Papa Francisco el mismo día que a San Juan XXIII, se dirigía a un grupo de niños que hacía la Primera Comunión en la Basílica de San Pedro en 1979,  y les decía:

“Vosotros sois los predilectos de Jesús…Queridos niños y niñas, os habéis preparado para la primera comunión con mucho interés y mucha diligencia, y vuestro primer encuentro con Jesús ha sido un momento de intensa emoción y de profundad felicidad.  ¡Recordad siempre este bendito día!

Y a vosotros, padres y familiares, os digo con preocupación y confianza: ¡amad a vuestros niños, respetadlos, edificadlos! ¡Sed dignos de su inocencia y del misterio encerrado en su alma, creada directamente por Dios! ¡Ellos tienen necesidad de amor, delicadeza, buen ejemplo, madurez! ¡No los desatendáis! ¡No los traicionéis!...”

Eso que les pidió San Juan Pablo II a aquellos padres y familiares y amigos, os pido a todos vosotros, que respetemos a Carlos, que lo amemos, y celebremos su inocencia, porque él con su sonrisa y con su amor que derrocha en ese cuerpo marinero, nos conquista a todos cada día. Felicidades por éste, tu gran día. Te confieso que mi gran día amaneció en este altar, hace casi 17 años, cuando la tita Ali y yo nos casamos. Te queremos. Te querremos siempre.

Iglesia de San Francisco, 10 de julio de 2021

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