INTRODUCCIÓN
Como
si estuviéramos viendo un telediario, donde nos lanzan los titulares a modo de flechas
que atraviesan nuestra mente y nuestro espíritu, o leyendo un diario dominical,
me dispongo a lanzarles algunos mensajes que bien podrían encabezar la sección
de sociedad, de sucesos o de noticias medioambientales de la parte final del
noticiario, para tratar de concienciarnos brevemente, porque como decía un
antiguo proverbio danés: “El firmamento no es menos azul porque las
nubes nos lo oculten o los ciegos no lo vean”, es decir, que porque la
Séptima, Antena 9 o Canal Norte, o si me apuran la cadena de los Diáconos
Entregados a las Causas Perdidas, no nos enseñen un cielo estrellado, los
titulares no dejan de ser los que son:
“El granero del Medio Oeste de
Estados Unidos depende por completo del agua del acuífero de Ogallala. Si el
riego continúa al ritmo actual, el tercer depósito de agua subterránea más
grande del mundo se secará en los próximos treinta años”
(La Séptima)
“Durante los últimos cincuenta años,
la superficie de la tierra regada artificialmente se ha triplicado. Aún así,
casi 1.000 millones de personas padecen malnutrición crónica”
(Antena 9)
“Globalmente, el riego artificial
utiliza unas diez veces más agua que todas las viviendas del mundo”
(Canal Norte)
“El 80% de todas las enfermedades del
Tercer Mundo se debe a los efectos nocivos de las aguas contaminadas o a la
carencia de agua. Cada día 6.000 personas, en su mayoría niños menores de cinco
años, mueren a causa de enfermedades relacionadas con la diarrea”
(Cadena DIENCAPE)
“Más de 1000 millones de seres
humanos no tienen acceso a un agua potable fiable. Más de 2.400 millones de
seres humanos viven en condiciones higiénicas deficientes sin acceso a
saneamiento, según la ONU” (Onda Urgente)
“La escasez de agua afecta a miles de
ciudades, desde las megápolis que cuentan con millones de habitantes hasta las
incontables ciudades pequeñas y de medio tamaño en Asia, África, Oriente Medio,
Latinoamérica y el Caribe” (portal de internet sinAgua).
Estos
titulares nos ponen en situación incómoda (aunque son reales y extraídos del
libro “¿De quién es el agua?”), como si tuviéramos cataratas y un buen
oftalmólogo nos tuviera que intervenir de manera urgente, porque nuestra opacidad
no nos permite ver cuál es el problema. Y el diagnóstico no puede ser más
preocupante, una vez analizadas las pruebas, y como el enfermo (que no es otro
que la Tierra) rechaza los parches que le vamos poniendo, remiendos que nos
tapan la realidad, sin que el cristalino pueda ver con claridad cómo en las
distintas partes del planeta, de este maltrecho planeta, piden a gritos que
intervenga de forma acuciante y urgente el especialista. Un especialista que,
sin que sepa cómo va a reaccionar el enfermo, intenta poner tratamientos para
que el paciente no pierda miles de vidas en este maltrecho tercer Mundo, que
aunque parezca que está muy lejos, está muy cerca, tan cerca, que se confunde
con un primer mundo que pierde vista a marchas forzadas.
Y
concretamente nos vamos a centrar en el país más grande que tiene el “enfermo”,
que no es otro que China, porque si queremos evitar las muertes por
enfermedades derivadas del consumo de agua contaminada, si queremos aprovechar
todas las aguas, si necesitamos tratar todas las aguas residuales que generamos,
si necesitamos regar nuestros campos aplicando la tecnología punta y con una
capacidad de eficiencia que sea real eficiente, y no eficaz, y si queremos,
terminar con las desigualdades que se forjan inclusive en un mismo país,
necesitamos aplicar los conocimientos científicos y las soluciones más
innovadoras posibles, como está haciendo el gigante asiático…en donde hace
muchos milenios existe una maldición
que decía “Así vivieras en tiempos interesantes”.
John
Gribbin comienza su libro “El clima futuro”, diciendo “vivimos en tiempos interesantes, y el misterio del cambio climático
proporciona una de las más emocionantes incógnitas científicas de nuestra
época. La vulnerabilidad (no hace falta enfatizar en este punto indicar la
pandemia que sufre el enfermo de coronavirus) de un mundo, al parecer
superpoblado, ante los caprichosos efectos del clima sobre las cosechas y la
provisión de alimentos aumentó en los años setenta con la llegada de
inundaciones y sequías, rigurosos inviernos y abrasadores veranos en Europa,
América del Norte y del Sur, la URSS, África, India y China”, palabras
escritas en 1982, hace casi cuarenta años, nos anticipaba que si el crecimiento
y aumento de la población continua al mismo ritmo, la perspectiva de extremas y
continuas fluctuaciones del tiempo sería muy preocupante. Es necesaria una
información fiable (más allá de los titulares, ahondar en los datos y
soluciones a los problemas) sobre las tendencias futuras del clima, para
adoptar dichas soluciones y medidas pertinentes por parte de los agricultores,
los gobiernos y las instituciones de ayuda a otros países.
¿Qué
pasa en los Alcázares de Murcia? ¿Cómo es posible que hayan padecido cinco
inundaciones graves en los 6 últimos años, y tres en los últimos 4 meses?,
decía el titular de otra noticia leída en este caso en un diario digital el
pasado enero de este mismo año 2020, en pleno siglo XXI, y en un país del
primer mundo. Veamos si en el desarrollo de este artículo podemos dar respuesta
a este titular, y además aportar soluciones, que además vengan a aportar algo
de luz al cristalino de este mundo enfermo, y así el oftalmólogo salga
victorioso de su intervención. Ya les adelantamos que el especialista que está
interviniendo es chino. Educado en la Universidad de Harvard. Es el artífice de
una nueva revolución. La Revolución de la INFRAESTRUCTUVA VERDE.
PROBLEMAS OCASIONADOS POR
EL AGUA
Cada
día, en algún lugar del mundo, muere gente debido a los desastres naturales,
entre los que citamos las inundaciones. Como indicábamos antes, nos hemos
familiarizado con estas noticias y hemos desarrollado una especie de particular
indiferencia ante esas narraciones de muerte y destrucción, nos interpela Basil Booth, en su libro La
inestable Tierra, como si los titulares introductorios traídos a
colación hubieran sido escritos hace 25 años por otros periodistas, contando
las mismas noticias, poniendo de relieve los mismos problemas. En 1976, los
desastres naturales mataron 750.000 personas, con un promedio superior a las
20.000 anuales.
En
el artículo de la prestigiosa revista NATURE consultado, y que citamos en la
bibliografía, nos aporta algunos datos interesantes a tener en cuenta, datos
que como dardos se clavan en nuestro debe colectivo, máxime en un planeta con
más de la mitad de la población viviendo en las ciudades, tras el éxodo rural:
·
Las ciudades son las responsables del 75%
de las emisiones de CO2 por el uso de la energía.
·
En 2017 à + 1000 personas
murieron y 4,5 millones de ciudadanos del sudeste asiático perdieron el hogar,
su medio de vida y los servicios, por efectos del clima adverso y extremo
(inundaciones fundamentalmente).
·
En suburbios de California y de Río de
Janeiro han sufrido las inundaciones y los deslizamientos de tierra tras la
sequía, incendios forestales y fuertes lluvias.
·
En 2030, millones de personas y 4,5
billones de $ estarán en riesgo por tales eventos.
En
otra web consultada, aparecen los mismos dardos, pues las ciudades son la punta
de lanza del cambio climático, por lo tanto, más contaminantes y a su vez
víctimas del calentamiento global. Por ende, los suburbios y barrios deben de
hacer análisis de datos y sus interacciones, para proponer medidas correctoras
con los políticos y los agentes locales, según las recomendaciones de los
expertos autores del artículo dirigidos por la doctora Xuemei Bai,
estableciendo prioridades para las ciudades y el cambio climático, como veremos
más adelante.
Para
ver cuáles pueden ser las soluciones a los problemas planteados, veamos cuáles
son las causas, y entre las primeras encontramos:
·
Crecimiento desmedido que provoca que
algunas ciudades se dupliquen en poco tiempo (más de 100 ciudades con más de 1
millón de personas);
o
Shanghái à 17 millones de
habitantes
o
Nanjing à 7 millones de
habitantes
o
Wuhan à > de 6,5
millones de habitantes
§ En
2012 à
184 ciudades afectadas por inundaciones
§ En
2013 à
214 ciudades afectadas
·
Esa urbanización desmedida provoca suelos
impermeables de hormigón y asfalto, que impide la filtración y drenaje del agua
de lluvia y provoca escorrentías superficiales, y por ende, inundaciones.
·
Sistemas de alcantarillado insuficientes y
obsoletos, que son incapaces de absorber las aguas residuales y pluviales de
los grandes rascacielos.
·
Ese suelo urbanizado e impermeable provoca
que se interrumpa el ciclo natural del agua, incrementa los caudales punta, y
da lugar a tres problemas derivados de la gestión del agua pluvial en las
ciudades:
o
Riesgos de inundación
o
Contaminación difusa
o
Falta de servicio a los ciudadanos.
Es
aquí donde aparece nuestro experto y especialista que va a tratar al paciente,
con los síntomas indicados, entre otros. Esa urbanización es la responsable de
la infraestructura
gris a base de hormigón, acero y sistemas mecánicos, que no es
resiliente y no se puede adaptar al cambio climático, a las lluvias
torrenciales y al cambio climático, nos argumenta el Yu Kungjian, Decano y
fundador del Colegio de Arquitectura y Diseño Urbano de la Universidad de
Pekín, Dr. Arquitecto y Paisajista por la Universidad de Harvard en 1995, con
una tesis doctoral basada en “Patrones de seguridad en la planificación
del paisaje: un caso en el sur de China”. “Todas las ciudades del
planeta realizan el control del agua con infraestructura gris, a base de:
·
Presas
·
Diques
·
Tanques de agua de lluvia
·
Conductos y ríos amurallados
“Pero
las llanuras de inundación están cubiertas por edificios, y por lo tanto, la
probabilidad y la severidad de las inundaciones y desastres desde Houston hasta
Madrás”, argumenta el arquitecto, autor de más de
1000 obras ecohidráulicas alrededor del mundo, al romperse el ciclo hidrológico
natural.
En
el año 2012, Pekín acogió 280 litros/m2 de lluvia que anegaron
carreteras y pasos subterráneos, donde el arquitecto tuvo suerte de llegar a su
casa. “La ciudad estuvo sumida en el caos”, recuerda Kongjian,
memorando la mayor tormenta en los últimos 60 años, que quitó la vida a 79
personas, ahogadas en su propio vehículo o engullidas por el alcantarillado. “Los
daños ascendieron los dos mil millones de dólares”, mascando el
desastre y escupiendo la cifra, porque según el arquitecto se podrían haber
evitado, pues ya había alertado al Ayuntamiento de Pekín años antes, tras
dirigir una investigación para cartografiar el “grado de seguridad
ecológica” de la metrópoli asiática. En dicho estudio, se determinó un
MAPA con las zonas de alto riesgo que deberían seguir sin urbanizar y emplearse
para gestionar las aguas pluviales. Pero volveremos al doctor Yu cuando hagamos
una radiografía de las ciudades esponja.
Previamente
seguiremos diseccionando los factores que provocan tales daños mencionados. Y
entre otros se encuentra, la intensa URBANIZACIÓN de los últimos 30 años, como
hemos comentado, que provoca:
·
Fagotización de humedales
·
Devastación de bosques
·
Pavimentación de granjas y pastos
·
Ríos encorsetados en canales de hormigón
Donde
el agua de lluvia antes se filtraba en el subsuelo, ahora el agua de lluvia se
convierte en agua superficial y discurre por esa infraestructura gris
comentada, pero además, esa urbanización exacerbada tiene otros vectores de
riesgo:
·
Escasez de agua en China
·
Edificios, calles y aparcamientos à motivos
de que el agua no recargue los acuíferos
·
El agua residual y el agua pluvial
discurre por los desagües fuera de la ciudad, que según Yu Kongjian, “es
demencial que eso ocurra en una ciudad con escasez de agua”, sentencia,
“debido
a que tanto Pekín como otras ciudades del norte del país, son secas, a
excepción de la época del monzón, y por lo tanto, tienen que abastecerse de
sondeos y agua subterránea, que provoca que disminuya el nivel freático, a
razón de 1 m por año”, argumenta cariacontecido.
·
Y otro efecto colateral del último punto
es la subsidencia del terreno, provocando el hundimiento progresivo de la
superficie por el asentamiento (generalmente de la litosfera). Estos
movimientos del terreno dan lugar a efectos en la superficie y crea alarma
social y deformaciones verticales desde pocos mm a varios metros con períodos
temporales que varían desde minutos hasta años.
Según
podemos ver en el vídeo que se indica en la bibliografía, cada año en China,
tres millones de personas sufren los efectos devastadores de las inundaciones,
siendo el tercer país más expuesto a dicho riesgo, tras India y Bangladesh.
Es
por ello que, como dice el experto arquitecto, “los anegamientos no son el enemigo
ni algo a temer. Hay que adaptarse, hacer uso de ello. Vivir con la naturaleza
y depender de ella”, manifiesta, indicando que “cada gota cuenta, y debe ser
aprovechada”, defiende el director y fundador de la empresa TURENSCAPE,
que en chino habla de la irrevocable relación entre el hombre y la Tierra, y
vaticina que “la adaptación es muy
complicada por la imperante infraestructura imperante en las principales
metrópolis del mundo”, aunque luego veremos cómo puede hacerse, y cómo lo
ha conseguido.
Y
para finalizar este análisis y disección, traemos a colación la máxima del
doctor Kungjian, “de la inundación aprendimos que conocer la seguridad ecológica
es una cuestión de vida o muerte”, reflexiona, dando unos datos
escalofriantes que deberían remover nuestras mentes occidentales, “de
2011 a 2014 se produjeron inundaciones en el 62% de las ciudades chinas y con
unas pérdidas de 100.000 millones de $ según el Ministerio de Vivienda y
Desarrollo Urbano y Rural chino”, refiriéndose a unos daños acontecidos
por las inundaciones consecuencia de las fuertes tormentas provocadas por el
cambio climático, y finaliza haciéndose una pregunta ¿retórica? “¿Autoinfligidos?”.
CIUDAD ESPONJA. Cada gota cuenta.
Antes
de entrar de lleno en el tema central de nuestro artículo, me gustaría
detenerme brevemente en un órgano que rige nuestro pensamiento y nuestros
actos, y no es otro que el cerebro. En el libro de mi admirado Eduard Punset, “¿Por
qué somos como somos?”, recuerdo que leí un capítulo muy interesante
donde una de las mayores expertas a nivel mundial en su campo, la
psicoterapeuta británica Sue Gerhardt, que lleva toda su vida dedicada al
estudio del bebé y a la influencia del afecto en el desarrollo emocional
sentenciaba: “todo se juega antes de los 5 años”.
Intentando
comprender esta afirmación tan rotunda me dispongo a entender aquella frase tan
manida de que “el cerebro de los niños es como una esponja”, y es que el
cerebro de un niño tiene un potencial pues hasta los tres años, el órgano tiene
su máximo umbral de plasticidad. Estudios del Dr. Arthur Toga, de la
Universidad de Texas y publicado en Cell, nos permite conocer todo el mapeo
cerebral de un niño durante su proceso madurativo. Y otro especialista en este
caso el doctor Arnold Scheibel, director del Instituto de Investigación del
cerebro de UCLA, concluye sobre la capacidad del cerebro del niño: “el
aprendizaje de un niño debería de ser un banquete, algo festivo, nunca una
experiencia estresante, pues si el nivel de estimulación es excesivo, se libera
cortisol, hormona del estrés, contraproducente para el desarrollo infantil”.
Pero quién ha estudiado la mente de los niños es la doctora Elisabeth Spelke,
de la Universidad de Harvard, quien afirma, “los recién nacidos tiene una
especie de conocimiento innato a partir del cual desarrollamos el resto de
nuestras habilidades”, indica tras treinta años de estudio, según el
artículo de la doctora Sabater, que podemos leer en la página web la
mente es maravillosa.
La
pregunta final es “¿el cerebro de un niño tiene límites de aprendizaje como lo tiene una
ciudad esponja?”. Veamos.
ORIGEN
Según podemos leer en el Informe Mundial de las Naciones
Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos del año 2018, concretamente
en su página 52, nos da la pista sobre el origen de la ciudad esponja, como
solución al colapso urbano, a partir de un mandato del gobierno chino en el año
2015, tras sufrir las devastaciones inundaciones de años anteriores. El
concepto requiere usar una combinación de Soluciones basadas en la
Naturaleza (SbN) más infraestructura gris, con un objetivo absorber el
70% del agua de lluvia con una mejor:
·
Permeación
·
Retención
·
Almacenamiento del agua
·
Purificación y drenaje
·
Ahorro y reutilización del agua
Con
una meta clara: en el año 2020 en el que nos encontramos, un 20% de las áreas
urbanas tendrán dicho calificativo, y un objetivo ambicioso del 80% para dentro
de una década en el 2030. Estas soluciones, es evidente, tienen un límite
debido a que nos encontramos en ciudades ya construidas, y lo que vamos a
realizar son intervenciones para amortiguar los efectos de las lluvias, con un
porcentaje variable de aprovechamiento dependiendo de muchos factores. Es
decir, al igual que el cerebro de los niños, también las ciudades tienen sus
limitaciones en cuanto a la absorción de agua, pues el concepto de estrés
hídrico, que hace referencia al momento en que la demanda es
superior a la disponibilidad del recurso tan básico como el agua, bien podría
aplicarse al exceso de agua de lluvia que no puede almacenarse en forma de
acumulaciones subterráneas, y someten a las ciudades a tensiones por situaciones
agobiantes, con reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos
para las personas que habitan dichas ciudades, según define el diccionario de
la RAE, a un momento de estrés.
Esas
SbN están basadas en: techos verdes, pavimentos permeables, biorremediación y
restauración de humedales y ríos urbanos y periurbanos.
FUNDAMENTO Y PRINCIPIOS
El fundamento de este modelo de ciudad nos lo argumenta
el profesor y doctor arquitecto chino, nuestro especialista y paisajista,
Kongjian Yu, donde nos dice que “cada gota de agua cuenta para China”,
estableciendo nuevos principios del urbanismo ecológico centrado en un
modelo hidrológico revolucionario: captar toda el agua pluvial posible,
almacenarla, purificarla, infiltrarla en acuíferos, combinando un sistema de
manejo del agua con técnicas antiguas de irrigación y agricultura chinas. El
principio supremo para este arquitecto doctorado en Harvard es que “hay
que volverse amigos del agua”, sentencia con una sonrisa. Y lanza una
pregunta al aire, sin atisbo de enojar a nadie, “¿Debemos de reevaluar la
relación con los anegamientos, si tratamos de encauzar con celeridad el agua
fuera de nuestras ciudades, aunque éstas sufran escasez?”, dejando
entrever en sus facciones una lastimosa pérdida de recursos, cuando su país
solo tiene acceso a un 8% de agua dulce.
La
solución pasa por crear pequeños recipientes para regular el agua, y en
momentos de sequía usarla, captando toda la posible en la época de lluvias.
Como ejemplo, la actuación en el Parque de Yanweizhou, en la ciudad de Jinhua,
diseñado para acoger inundaciones que enriquecen la vegetación nativa, en lugar
de crear murallas. “El diseño es sencillo:
PARQUE à HUMEDAL à
ESPONJA à
RETIENE AGUA DE LLUVIA
INFRAESTRUCTURA
SISTEMA
DE ESTANQUE
VERDE O
DIQUE
Esquema 1. Fundamento de la
ciudad esponja. Elaboración del autor.
Pues la teoría de la
ciudad esponja es aplicarla en áreas verdes, en niveles inferiores donde el
agua va hacia ellas, provocando un sistema de estanque o dique, creando una
Infraestructura Verde”, argumenta el dr. Kungjian, subdirector
del Comité Técnico de Sponge City del Ministerio de Construcción chino.
¿Cuál es la innovación?, se pregunta
Yu, “los
antepasados agricultores de mi país sabían cómo construir un sistema de
estanques hace 2000 años (jardines flotantes o chinampas), aprovechemos esa
sabiduría enterrada hace miles de años por los nativos”, finaliza
Kongjian.
OBJETIVOS Y METAS
Hasta este año 2020, ya están en marcha 16 ciudades
“esponja” piloto, abarcando una superficie de 450 Km2 en más de
3.000 proyectos de construcción planificados, con una inversión de más de 1.250
millones de $, sobre todo en las provincias chinas de Shenzhen y Guangdong.
En el vídeo de la agencia Atlas España distribuido a
muchos diarios, entre ellos el diario digital www.hoy.es
, vemos la experiencia de la ciudad de HEBI, con 1,6 millones de habitantes (de
la provincia de Henan), al convertirse en una ciudad esponja mediante el
pavimento del futuro. Así nos lo explica Sun Xiaohua, de la Oficina de
Jardinería y Ecología de Qibin, “el uso del asfalto poroso es más efectivo
en lluvias ligeras, medias e intensas, y si llueve podemos caminar por el
pavimento sin ningún problema”, argumenta la especialista china. Esta
ciudad dispone en la actualidad de 30 km2 de ciudad esponja, con dicho
pavimento instalado.
Como se ha adelantado con anterioridad, el objetivo
ambicioso para el 2030 es: que el 80% de las urbes chinas disponga de estos
sistemas y si cada una de ellas retiene y almacena el 70 %, el gobierno chino
lograría almacenar más de la mitad del agua de lluvia caída, en este caso, el
56% de la pluviometría caída sobre sus calles, convirtiendo al mayor país del
mundo, también en el primer PAÍS ESPONJA. Ese es el reto.
EL
FUTURO DEL AGUA
Como adelantábamos, el motor del cambio en cuanto a las
ciudades esponja fue China, y como ejemplo, tomamos el barrio urbano de Qunli
Town, con la instalación del QUNLI STORMWATER PARK, un parque
diseñado por el arquitecto y paisajista chino que nos ha acompañado desde el
inicio, Kungjian Yu, a través de su empresa, TURENSCAPE, de 300.000 m2, es
decir, unas 2.733 hectáreas, donde el agua de lluvia se usa para recargar los
acuíferos, con un objetivo de 500.000 m3/año de agua pluvial filtrada que
resuelve las inundaciones de un área de 3 km2, es decir, 10 veces el área del
parque. Este es el nuevo paradigma de la PLANIFICACIÓN URBANA.
Todo un éxito recuperando el humedal de este distrito de la ciudad de Haerbin,
al norte de China, donde se ha creado un paisaje muy acogedor y con la
Participación Público – Privada (PPP), que ya anunciara el gobierno chino.
Con el lema “Cada gota de lluvia cuenta”,
el origen de un concepto nuevo, instalando superficies urbanas absorbedoras de
agua, y evitando que el agua de lluvia se conducta al río más próximo, permite
que esa agua recogida se purifique naturalmente y que sea almacenada de forma
subterránea.
Según
el World Resources Institute, estima que 21 millones de personas
se ven afectadas en el mundo debido a las inundaciones, convirtiéndose esa
cifra en 54 millones dentro de una década. Una población 1,15 veces la
población española del 2019 o el 90% de la población de Italia.
El
científico Li Dihua, de la Universidad de Pekín exponía en Davos,
en el Foro Económico Mundial de Davos que el objetivo chino era que cada “cm
de tierra estuviera protegido con distintas escalas de proyectos de inversión y
de construcción”, pero un proyecto con “capacidades limitadas por
el poder de la naturaleza para generar las inundaciones en nuestras ciudades,
por lo que hay que convivir y exprimir las inundaciones”, defendía en
la ciudad suiza, paradigma de las decisiones y de los debates económicos a
nivel global.
Exponía
también ante el panel de expertos que Lingang, ciudad vecina de
Shanghái, es la ciudad esponja más grande de China y del mundo,
según datos del City Metric, este proyecto es el mayor, pues el
gobierno de Lingang ha invertido casi 120 millones de $ en modernizaciones e
innovaciones relacionadas con el agua, convirtiéndose en el modelo del resto de
las ciudades chinas, y de las urbes del planeta.
Es
evidente que el objetivo de las ciudades esponja es que amortigüen las
consecuencias devastadoras de los desastres naturales, la escasez de agua y los
efectos del cambio climático.
CONCLUSIONES
Deberemos
de hacer caso a los urbanistas y arquitectos, así como a los paisajistas e
ingenieros, hidrogeólogos, etc. que defienden el uso y el empleo de recursos en
transformar nuestras ciudades en “ciudades esponja” debido a que:
·
Evitan inundaciones
·
Drenan el agua de manera natural,
ecológica y sostenible
·
Evitan el colapso de las EDAR’s
·
Evitan la contaminación y vertidos
indeseables
·
Crean microhábitats ecológicos
·
Mejoran la estética urbana cambiando el
gris por el “verde”
·
Mejoran el aire à
se respira mejor
·
Apaciguan el calor de las ciudades en
climas cálidos y/o extremos
·
Mitigan los efectos del desarrollo urbano
y los problemas relacionados con el agua urbana, en situaciones de escasez
·
Recargan los acuíferos
·
Posibilitan el riego de jardines
·
Posibilitan el riego de fincas urbanas
·
Reducen la temperatura del aire un tercio à provocando
un ahorro de energía destinada a enfriar los edificios
Si
todos estos beneficios contrarrestan las noticias sobre la polución china,
creando un importante bastión contra el cambio climático, y todo lo aprendido,
y todo lo recogido con estas inversiones urbanas, “lo continuamos
haciendo otros 20 años más, básicamente habremos terminado con el problema para
siempre”, enfatiza nuestro especialista, el doctor Yu, aquél que
ha diseccionado el problema, ha puesto el tratamiento y ha visto que el
enfermo mejora de forma lenta, pero segura y paulatina, y quizás antes
de la jubilación, firme el alta hospitalaria, si se siguen las
recomendaciones y si, en el mejor de los casos, queda tinta en el tintero para
rubricar que cada gesto cuenta, que cada gota de agua
cuenta.
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(E(Este artículo se publicó en el año 2020 en el blog de iAgua www,iagua.es )