Al-Andalus
y el agua islámica
Según
el artículo de Cherif Abderrahman Jah,
sobre el agua en el Al – Andalus, nos relata que Ibn Jaldun, famoso
sociólogo tunecino de origen andaluz del siglo XIV, en su obra Al-Muqqadimah, para que la vida de en
una ciudad sea grata, hay que atender, al fundarla, a varias condiciones,
siendo la primera: La existencia en su
solar de un río o fuente de agua pura y abundante, pues el agua es cosa de
capital importancia, “un don de Allah”.
Y
es que cuando cae el imperio romano, y llegan los árabes a la península
ibérica, deben de fundar nuevas ciudades, debido al deterioro y a la
destrucción de las grandes ciudades romanas como: Córdoba, Sevilla, Mérida,
Zaragoza, Toledo y muchas otras, por lo que podemos encontrar restos de la
cultura romana, árabe, judía y cristiana conviviendo con toda naturalidad, en
nuestra excelsa y variada cultura y geografía hispana. La ciudad hispano –
musulmana contaba con: casas, palacios, fuentes públicas, Hammams o baños, depósitos y canalizaciones urbanas.
El
agua en el Islam
La gestión y distribución del agua
en Al – Andalus no era ajena a las normas islámicas debido a su pertenencia al
conjunto de DAR al-ISLAM, por lo que las normas le afectaban a la manera de organizar
el bien más preciado de la naturaleza para los musulmanes. Ya en el CORÁN se
indica que es el principio más importante del universo, puesto que el trono de
Dios está en el agua en el momento de la creación: “Él es quien ha creado los cielos y la tierra en 6 días, teniendo su
trono en el agua” [Corán, XI, 7] y continua el libro Sagrado de los
islámicos, “¿Es que no han visto los
infieles que los cielos y la tierra formaban un todo homogéneo y los separamos?
¿Y sacamos del agua a todo ser viviente? ¿Y no creerán?” [Corán, XXI, 30].
Según
el texto sagrado, una de las tres cosas que se han autorizado a todo ser
humano: la hierba (como pasto para el ganado), el agua y el fuego. Asimismo “todo
musulmán que retiene el agua que no necesita peca contra Allah”.
Normas hídricas
Las normas que regían el mundo
musulmán indican que la propiedad y gestión del agua siguen un criterio
islámico, además de costumbres y normas locales. Es en los siglos VIII y IX
cuando aparece el derecho codificado en sus líneas principales y en las
diferentes escuelas coránicas, aunque en Al – Andalus y en el resto del
Occidente islámico, el rito mãlikí es el principalmente
aplicado en la interpretación de la Ley.
Los aspectos más importantes eran:
el caudal y quién hacía el trabajo para la captación y/o conducción del agua.
Así se dividían los usos y usuarios, en función del tipo de captación:
·
Grandes ríos à
todos
·
Pequeños ríos à
existían limitaciones
·
Ríos sin presa à
prioridad de los ribereños y terceros (sin procurar perjuicios)
·
Ríos con presa à
tiene derecho el asentamiento más antiguo, y si son coetáneos, riega primero el
más cercano al nacimiento del río.
En cuanto a los sistemas
hidráulicos, hay que decir que las obras de captación, qanat/s, pozos, minas,
fuentes, puede haber propiedad particular, limitada por el derecho de ŠAFA, es
decir, el derecho de dar de beber a los hombres y animales que lo necesiten,
mientras que el sobrante iba para los regantes, y hay que apuntar, que no hay
acuerdo entre las escuelas coránicas si en ese caso era aceptada la VENTA.
Y es que existen dos preceptos
fundamentales que guían los derechos al agua en la Shari`ah, según el sistema
de derecho islámico, que son:
·
Shafa à derecho al
sediento. Derecho universal del ser
humano a saciar su sed y la de sus animales
·
Shirb à Derecho al
riego. Derecho para regar sus cosechas
“Nadie puede negar el agua que
sobra sin pecar contra Allah y contra el hombre”.
Sistemas hidráulicos urbanos
La crisis del mundo romano supuso
una vuelta al mundo rural y abandono de la ciudad, de gran alcance en el
occidente altomedieval. Por este motivo los árabes reactivaron la vida urbana y
fundaron ciudades nuevas, y debido a que los antiguos sistemas de
abastecimiento fueron destruidos, tuvieron que crear nuevos sistemas de
abastecimiento. Entre las más conocidas de la península fueron Madrid,
Calatayud, Almería, Calatrava o Murcia.
El agua era distribuida a los
aljibes públicos, mezquitas, baños, y actividades económicas como las
alfarerías, tenerías,…y algunas casas andalusíes disponían de abastecimiento de
agua y evacuación de aguas negras. Las aguas de lluvia discurrían por la calle
y se recogían en aljibes, las aguas residuales no iban por la calle y menos aún
las fecales. Las aguas residuales se evacuaban desde el patio de las viviendas
andalusíes por canalizaciones subterráneas o superficiales, y las aguas fecales
iban a las “letrinas”, con una conducción independiente. Al final las
residuales y las fecales iban a pozos negros existentes en el borde de la
calle, aunque en las ciudades más avanzadas, existía un sistema de canales
subterráneos, que conducía el agua sucia al exterior del núcleo urbano.
Por lo tanto, el agua en el mundo
islámico era usada para la higiene personal, para consumo doméstico, para las
labores agrícolas, un uso cortesano y/o religioso.
El agua en al-Andalus
Existe
una relación muy estrecha entre el abastecimiento de agua a las ciudades
tradicionales musulmanes, las medinas, como la medina de Túnez, declarada
Patrimonio de la Humanidaad en 1979 por la UNESCO, con más de 700 monumentos
tales como palacios, mezquitas, mausoleos, madrazas y fuentes de los períodos
almohade y hafsí. La medina era la ciudad tradicional considerada unánimemente
como la más bonita del Magreb. La mezquita de la Medina, la Gran Mezquita
(Mezquita Jamaa ez Zitouna) es la más grande de Túnez es el centro religioso
más importante de los países del Magreb, fue fundada en el año 732 y
reconstruida por completo en el siglo IX. La mezquita es el corazón de la
Medina.
Como
nos cuenta Belén Vázquez, en su artículo sobre el agua en al-Andalus, y en
concreto en las medinas andalusíes, el agua fue una constante preocupación en
todas poblaciones. La Medina debía provocar el desalojo de las aguas pluviales
y residuales de calles y viviendas. Y para asegurar el bienestar y el porvenir
de sus habitantes, debían proveer unas infraestructuras hidráulicas adecuadas.
Es
cierto que las formas de captación y aprovisionamiento de agua influyeron en la
distribución interna y en el establecimiento de baños y mezquitas, pero resulta
difícil determinar cómo influyeron en la vertebración del espacio. Sí hay
unanimidad y demostración en la relación entre hidráulica y el urbanismo. El
agua provocó la transformación del tejido urbano andalusí. Un nuevo enfoque
frente a las tesis más tradicionalistas.
Tecnología
islámica
Las tecnologías viajaron desde
Oriente a Occidente, y los elementos provenían de China, India y Persia,
cristalizando en Oriente Medio. Para el historiador Joseph Needham, el proceso
fue lento y evolutivo, mientras que para el arabista Juan Vernet, fue un
proceso rápido y en un momento crucial en el Imperio Islámico del siglo X. Por
ejemplo, de los romanos heredan sus conocimientos de sus contactos del ámbito
griego, la Escuela de Alejandría y el Próximo Oriente.
Viajaremos ahora a esa baja Edad
Media para conocer de cerca, los logros y las penurias que atravesaron los
ciudadanos del Medievo para poder sobrevivir, y cómo la falta de medidas
higiénicas provocó todo un reguero de muerte y destrucción.
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