jueves, 3 de julio de 2014

Mies van der Rohe, maestro de la arquitectura del XX





Pionero de los llamados "padres de la Arquitectura moderna", supo explorar las virtudes del presente con el objetivo de sentar las bases más firmes para el futuro.

Una monografía reciente titulada simplemente MIES repasa la trayectoria del padre del LESS IS MORE, que con tanto acierte traduce Alberto Campo Baeza como MORE WITH LESS.

"La arquitectura es la voluntad de la época traducida a espacio".

" Es imposible ir hacia adelante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar", son algunas de sus frases más célebres.

El número 161 de la revista Arquitectura y Diseño, lo trae a sus páginas como MAESTRO de innumerables arquitecturas y de arquitectos; de elegancias y de la sencillez elevada a la máxima belleza.

Por ello Mies sería muy crítico con la deriva de la arquitectura sensacionalista basada en los "arquitectos estrella" (star-architects), que tanto daño han hecho a los bolsillos deshilachados de los millares de municipios, pueblos, ciudades, regiones y parques que querían tener, a toda costa, una firma en su regazo, un espantapájaros que se podía plantar en cualquier "rotonda"...

Él, Mies van de Rohe - por cierto se colocó el conjuntivo <van> holandés porque le daba más caché al nombre, porque su verdadero nombre era Maria Ludwing Michael Mies de Rohe, alemán - consideraba la arquitectura como el guardián más fiel del espíritu de los tiempos, porque es objetiva y no está afectada por el individualismo y por fantasías personales (una afirmación que nunca llegó a entender algún arquitecto valenciano).

En un viaje que hizo por los Países Bajos, Van der Rohe entendió que debía aceptar como principio fundamental de la arquitectura la noción de claridad en la construcción.

En sus proyectos la estructura no era un elemento a ocultar, sino una parte más a mostrar, porque la parte estructural era la "estabilidad del edificio", y se exigía desenmascarar y diferenciar aquellos elementos portantes de aquellos que no lo son, y reducir éstos últimos a la mínima experesión.

Mies distribuía inteligentemente las divisorias, lograba separar los espacios sin que estas llegasen a las paredes perimetrales ni al techo, usando tan solo las puertas para omprender y utilizar esos espacios; así cedía el protagonismo al CONTENEDOR y no al CONTENIDO.

Mies no hubiese mostrado sorpresa si definiéramos su arquitectura como conservadora y a la vez que radical; CONSERVADORA, porque atendía a los principios clásicos:

- Orden estructural
- Relación espacial
- Proporción

Y RADICAL, porque aprovechó todas las fuerzas motrices de la época: ciencia, tecnología, industrialización y economía.

Por esos motivos, y por los que descubrimos en cada obra, Mies van der Rohe nos regaló su magisterio, derramando su inteligencia en las generaciones futuras.

Fuente: Revista Arquitectura y Diseño 161

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