lunes, 6 de mayo de 2019

La gestión del agua en distintas civilizaciones: de Grecia a la actualidad (II)


    Grecia o el origen de la ingeniería

El país heleno, con el conjunto formado por el continente, las más de 2000 islas y el mar forman una relación intricada y perdurable por el paso de los siglos, donde desde cualquier punto del continente tiene el mar a menos de 80 km de distancia. Un mar que era acunado por las ramas de olivo, el árbol de Atenea, diosa de Ática, la más importante y famosa región de La Hélade.
La cultura clásica griega tuvo su origen en la civilización Cretense, que fue el pilar fundamental de la civilización occidental. Grecia es el país donde surge la democracia, donde brota la filosofía entre piedras y ágoras y donde se comienza el cuestionamiento del ser humano. Los actuales griegos descienden de los “helenos”, a través del legado de filósofos, historiadores, escritores, artistas, inventores y pensadores, y por supuesto, ingenieros, que tuvieron una relación incuestionable con el AGUA.
         
El término griego fue dado por los “romanos”, segunda parada de nuestro viaje, a la Hélade, “Ellas”, ámbito que engloba: el continente (y de ahí la cultura heládica), las islas (cultura cicládica) y la isla de Creta (cultura minoica), cuyos ancestros, como se ha comentado anteriormente fueron los Helenos.

Por la constitución de la actual Grecia, que originariamente fue continental, luego dio paso al país marítimo con muchos puertos de atraque y con ellos, la llegada de muchas influencias: ideas, culturas, escritura fenicia e influencias orientales.
En Creta, por ejemplo, que fue la patria del Minotauro y donde el arqueólogo británico Sir Arthur Evans encontró las ruinas de la más vieja civilización europea, la Minoica.
En Rodas nos encontramos con el famoso Coloso en broce de más de 30 m de altura para proteger la bocana del puerto como un Dios.

O las Cícladas, que se ubican al sur, en forma de círculo alrededor de Delos, isla y patria de Ártemis y de Apolo, Dios de la Luz.

Y el archipiélago de las Jónicas, con las espóradas de Sur y de Norte, cícladas, Vernáculas (de aquí proviene el término “vernácula/o”, haciendo referencia a lo primitivo o al origen de algo) o Ítaca, patria de Ulises.

El agua helena
Por dicho origen y singularidad, siglos antes del origen de la actual Grecia, los ingenieros minoicos fueron expertos en el dominio de las técnicas hidráulicas, y se conocen explotaciones de recursos de agua como regadíos de las regiones de Cnosos y Zakro, con manantiales, acueductos, cisternas y pozos,  donde recolectaban el agua de la lluvia del palacio de Festos y mantenían y conservaban sus cisternas.

En cuanto a la capital, Atenas, siempre tuvo un problema, y era un régimen irregular de lluvias, y por dicho motivo, tuvo que crear sistemas de recogida de agua de lluvia en abundancia, para usarla en momentos de escasez. Para ello usaron muchas cisternas y depósitos, como la Hybla (en Sicilia), que tenía 1300 m de perímetro y 9 de profundidad, que conducía el agua de lluvia hasta el mar. Tenía un triple uso: como piscina, estanque de peces y depósito de agua para el riego o la cisterna subterránea del  Teatro de Delos (del siglo II a.C).

Por ello, la legislación ateniense en el uso de los recursos hídricos era muy estricta, y la primera regulación fue debida a Solón, elegido arconte en el 594 a.C., una especie de magistrado con funciones de gobierno de las ciudades antiguas, fundamentalmente Atenas. Estas leyes de Solón fueron relatadas por Plutarco, con regulaciones antipolución, para mantener limpias las aguas públicas.

A principios del siglo XX, el escritor y científico italiano Angelo Mosso visitó la Villa de HAGIA TRIADA, y durante una fuerte tormenta se percató que todas las alcantarillas del palacio funcionaban perfectamente (es decir, toda el agua de la tormenta salía perfectamente por ellas), y por ello concluyó, que en toda la historia de la Humanidad, no existía ningún otro sistema de alcantarillado que funcionara perfectamente pasados unos 4000 años desde su construcción original.


Si tenemos en cuenta que los materiales y técnicas y conductos y todos los adelantos técnicos relacionados con el agua ya se conocían en la cultura minoica y se usaron en la época micénica, el final de las culturas de la Edad del Bronce, con el consiguiente abandono, pérdida, destrucción de palacios y asentamientos urbanos, se llevaron por delante sistemas de escritura, frescos y formas de vida de milenios anteriores.

Pero si hacemos un repaso por los primeros ingenieros, veremos qué importancia tuvo esta cultura en el resto de la sociedad, y solo citaremos algunos de los más importantes.

  Crates, que fue nombrado por Estrabon, el geógrafo e historiador conocido por su obra “Geografía”, en el siglo IV a.C., realizó el desagüe del lago Copais, en Locris, cuando el agua embalsada en éste, amenazaba con procurar una inundación de la localidad de Copae, mediante una galería subterránea de 6 kilómetros de longitud.

-          Eupalinos, ingeniero que trabajó en el siglo VI a.C. para el tirano Policrates de Samos, hizo un túnel de 1,75 m de ancho y 1,75 m de alto durante unos 1000 metros de longitud, para el abastecimiento de la isla de Samos, a través del monte Ambelos, con modernas técnicas de topografía. Primera obra bien documentada, que Paul Valéry, escritor, ensayista y filósofo francés mostró a Eupalinos como la personificación del ingeniero griego en su diálogo socrático Eupalinos ou l’arquitecte.

-          Tales de Mileto, fundador de la filosofía griega, considerado “uno de los siete sabios de Grecia” tenía un lema que decía “en la confianza está el peligro”. Aportó la teoría del ARJÉ, donde el principio original de todas las cosas era el AGUA, más los trabajos de ingeniería. Antes de Tales de Mileto, todas las explicaciones del universo eran mitológicas (como hemos comentado anteriormente, uno de los orígenes del agua). Después de Tales de Mileto, que fue famoso por sus conocimientos de astronomía al predecir el eclipse de Sol del 28 de mayo del año 585 a.C., la geometría era quién dirigiría los designios, que fue introducida por él en Grecia.

-          Herón de Alejandría, matemático, ingeniero e inventor griego del siglo I a.C. que trabajó como zapatero y luego…diseñó mecanismos hidráulicos, máquinas simples, automatizaciones, fue conocido por su famosa fuente o por sus puertas hidráulicas de apertura automática. Su invento decisivo fue la AEOLIPILA, precursor de la máquina de vapor, sin avance alguno o mejora hasta la Máquina de Papin, en el año 1681. Fue el director de la Escuela de Alejandría, quizás la primera Universidad Politécnica del mundo.

-          Y para finalizar, Arquímedes de Siracusa, matemático, astrónomo, filósofo, físico e ingeniero que murió a manos de un soldado romano cuando al tomar Marcelo la ciudad, el sabio estaba sumido en sus reflexiones. Repasemos brevemente  su C.V.:
·         Conoció a Eratóstenes y Dositeo, sucesores de Euclides.
·         Hizo descubrimientos sobre geometría, catóptica, hidráulica, mecánica, construcción y máquinas de asedio
·         Inventor de poleas y de un cañón que lanzaba proyectiles impulsados por el agua
·         Su famoso Tornillo de Arquímedes
·         Su aún más famoso Principio de Arquímedes


(Este artículo fue publicado en la web www.iagua.es )


La gestión del agua en distintas civilizaciones: de Grecia a la actualidad (I).


Introducción
La gestión de un bien tan esencial como el agua ha constituido un apasionante desafío desde casi el comienzo de los tiempos. Desde que comenzaron los primeros asentamientos urbanos en la ciudad de Uruk, en Babilonia (actual Irak) en el año 3500 a.C, el objetivo era cómo abastecer a dichos ciudadanos de un bien tan esencial. Como queremos poner de relieve en este artículo, se propone un apasionante viaje por distintas culturas, que han aportado su visión, su técnica, su tecnología, su conocimiento en definitiva, para mejorar la vida de sus conciudadanos y por ende, de la humanidad. En el más amplio sentido de la palabra. Y si no fíjense, en la Atenas de la antigüedad o en la Roma imperial, y cómo la ingeniería minoica proporcionó bienestar a toda una región y cómo gracias a la colosal obra de ingeniería sanitaria que constituyó la Cloaca Máxima, se evitaron muchas enfermedades.

Los árabes apreciaron que el agua es el principio más importante del Universo, pues el trono de Dios está en el agua en el momento de la creación, según el Corán, pero siendo importante obtener agua, no menos era el agua que acababa en las cloacas. Y prueba de ello fue la terrible plaga de peste negra que diezmó la población europea en plena Edad Media, debido a que se comenzaron a construir depósitos para almacenar el agua, y ésta no limpiaba las alcantarillas.

No obstante, la Luz llegó con el Renacimiento y su manera de afrontar el resurgir de la sociedad, mediante la cultura, la arquitectura, las artes y la sociedad volcada en unos nuevos dirigentes surgidos de comerciantes, banqueros, etc. como los Médicis en Florencia, ciudad estado italiana donde ese renacimiento se dejó notar con más importancia, al igual que Siena, su rival histórica del sur y cómo el abastecimiento de agua a estas ciudades supuso un reto técnico y capital, para provocar el aumento de la población y por ende de la capacidad de prosperidad.
Y como desde el renacimiento, la revolución industrial surgida en el siglo XIX en Inglaterra, y más concretamente en su capital, Londres, trajo mejoras y avances sanitarios, como la filtración del agua, hecho que afirman muchos expertos, como el mayor avance sanitario del segundo milenio, y cómo un ingeniero victoriano provocó la erradicación del cólera al proyectar una de las mayores, si no la mayor, obra de ingeniería del siglo XIX, diseñando la renovación de la red de alcantarillado de la capital con más de 2.100 km de redes de saneamiento.

Y de la misma manera que en el siglo XIX, el saneamiento era una prioridad para los políticos valientes de la Cámara de los Comunes sentados en sus asientos verdes, en pleno siglo XXI tenemos un reto que resolver pues aún hoy existen, según la ONU, 2.100 millones de personas en el mundo sin acceso a un saneamiento. Hecho éste que provoca que grandes fundaciones filantrópicas, como la Melissa & Bill Gates Foundation, pongan su granito de arena en conseguir inodoros que no requieran ni conexión a la red de saneamiento, y ni siquiera disponer de agua corriente, como se puso de manifiesto a finales del año pasado en una exposición en China.

En definitiva, comencemos nuestro viaje por un mar que Homero consideraba “tenía un color de vino y que era mecido por las ramas de un olivo”, el árbol de  Atenea, mientras que Poseidón se quedó con la abundancia del agua, símbolo de prosperidad y calidad de vida. Iniciemos un viaje apasionante, mecidos por las olas del mar y por los mejores avances de la cultura occidental, oriental, romana, griega o persa. ¿Me acompañan? En sucesivos post iremos desgranando la importancia capital de un elemento como es el Agua y porqué somos lo que somos, gracias a lo que aportaron sabios ingenieros, filósofos, matemáticos, arquitectos y filántropos en relación con el avance del mundo, en relación con el avance de la sociedad.

(Este artículo fue publicado en la web sobre la Gestión del Agua, www.iagua.es)

miércoles, 1 de mayo de 2019

Un mar en llamas


Los primeros rayos de sol atravesaron la estancia desparramándose traviesos en su reposada cabeza. Quería llorar pero sus ojos no podían. Quiso gritar pero su garganta no se lo permitía. ¿Cómo se comunicaría con los demás? ¿Cómo defenderse de lo que escuchaba? Absorta en los pensamientos, que afloraban como setas en pleno mes de noviembre en aquel jardín de veinte metros cuadrados, su memoria cabalgaba a la velocidad del aire para regresar al momento presente, cuando su corazón bombeaba más fuerte para evitar que fuera acusada injustamente. Nunca tuvo ningún pleito con la justicia. Nunca hizo mal a nadie. Tan solo estaba en el momento equivocado en el lugar equivocado. ¿Cómo pudo entrometerse? Confiada en su viejo instinto de policía casi retirada, supo en el acto que aquella noche de sábado era distinta a las demás.  Una hora antes había terminado de cenar en un restaurante sencillo de la calle 52 con la 8ª avenida, cerca de Columbus Circle, con unos amigos del gimnasio. Una cena improvisada y sencilla sin estridencias con amigos de verdad. Y tras los postres y el brindis de rigor con champán importado, se había despedido argumentando que regresaría a casa para descansar. Paseando como de costumbre hasta su pequeño apartamento a un par de escuadras, una música rítmica y pegadiza salió a su encuentro de un club cercano. Conocía el jazz pero no era experta para distinguir si quién tocaba pudiera ser John Coltrane o Miles Davis. Atraída por el saxo y curiosa por el piano, Alice fue secuestrada al momento por aquella melodía tan neoyorkina. Birdland, que así se llamaba el club en honor a Charlie Parker, indicaba el cartel de grandes dimensiones encima de la puerta, con 7 peldaños de escaleras que daban el acceso al sótano y al territorio jazzístico por excelencia. Tras una mágica jazz session y rodeada por el aura de la música de Charlie y de Miles, ascendió los mismos peldaños sin dificultad y casi flotando. Justo en el momento en que giraba la esquina más cercana en la calle 44, un hombre atacaba con fiereza a una mujer que intentaba defenderse bajo un abanico de golpes y de agravios e insultos. Décimas de segundo después, Alice ya estaba separando a la mujer de aquella bestia  infame que exhalaba odio e ira cuando un golpe contra el bordillo dejó a la policía inconsciente. Zafándose la mujer maltratada, el agresor salió corriendo con una brecha que goteaba sangre de una herida que había evitado la tragedia. La mujer ultrajada sacó su teléfono y avisó a emergencias. Unos minutos después una camilla recorría la séptima avenida aterrizando unas manzanas más tarde en el Hospital General del Midtown, siendo recogida por la doctora Brooks del Servicio de Urgencias. Tras realizarle un TAC a la veterana policía, la mujer agredida denunciaba los hechos mientras que la vida de Alice, sobre una camilla grave, se alejaba de este mundo.

Tenía que haber cenado con ella aquel día. Tenía que haber evitado la tragedia. Cenábamos juntos en Cipriani cada sábado y solíamos dar un paseo desde Lexington Avenue hasta Bryant Park por la calle 42, donde nos sentábamos cerca de la biblioteca pública de Nueva York, pero aquel sábado todo fue distinto. Un pequeño incendio en el apartamento que compartía con mi novia me retrasó de forma irremisible. Tuve que llamarla para posponer nuestro encuentro. Tuve que llamarla para que supiera cuanto la quería. Un mar en llamas era mi corazón cuando recibí la llamada de la policía. En un mar en llamas estaban las cuatro paredes que sostenían y protegían mis sueños de arquitecto. Hubiera preferido que ardieran mis sueños y mis maquetas que haber faltado a la cita con mi madre. Hubiera preferido morir a dos manzanas del Birdland protegiendo a mi madre. Hubiera peleado hasta la extenuación si con ello la volvía a abrazar.

¿Cómo podía ayudarla ahora? Sentado junto a la cama y apretando su mano con mis manos aún con restos de ceniza, una lágrima se deslizaba por mi mejilla sin dejar de pensar en los momentos compartidos con ella, desde que mi padre nos abandonó siendo un niño de 6 años. Cómo luchó por sacarme adelante, cómo peleó contra los mejores por ser la teniente de policía más condecorada. Su mirada orgullosa detrás de sus gafas de montura al aire cuando citaron mi nombre segundos antes de graduarme. Cómo cocinaba en el pequeño pisito de Brooklyn por la mañana, mientras hacía turnos de noche en la policía. Cómo me abrazaba tras mi primer proyecto en una pequeña escuela de Queens el día de la inauguración.

Mientras que salía del coma lentamente, supe que no querré a nadie como a ella. Mientras que salíamos del hospital, dos semanas más tarde, supe que era mi ejemplo y mi guía. Mientras que el taxi atravesaba Manhattan, aprendí mordiéndome la rabia, que lo que mejor se puede heredar en la vida es la educación de una madre. De una madre coraje.  Por muchas lunas que pasen no podré agradecerle todo lo que hizo por mí. Por muchos soles que nazcan, mi deuda será eterna.

(Este relato está dedicado a todas las madres del mundo que tuvieron que sacar lo mejor de sí mismas para poder salir adelante y poder criar a sus vástagos, sobre todo sin la figura paterna, por distintos motivos. Mi reconocimiento y admiración).

(Este relato ha sido publicado en el diario digital www.linares28.es )