lunes, 5 de diciembre de 2016

QUERIDA CARMINA

Estas son mis últimas palabras que te dedico. Aquellas que hubiera deseado escribir cuando las canas brotaran en mis sienes. Unas palabras de reconocimiento. Unas palabras de satisfacción por el tiempo compartido. Por los viajes disfrutados.

Como un fogonazo de nostalgia, recuerdo tu travesía en este mundo como una aventura feliz, sacrificada a veces, llena de momentos inolvidables y también cristianos. Porque tu fe y tu manera de ayudar el prójimo dan testimonio de tu corazón noble y religioso, que en los últimos momentos no pudo soportar tanta presión para seguir compartiendo…

Compartiendo sonrisas, comidas, momentos, bailes, felicidad,… por los cuatro costeros por igual. Regalando serenidad y tranquilidad cuando hacía falta y disfrutando a tope de cada brizna de alegría que la vida te puso a tu alcance.

Gracias por  tu persona, por tus gestos, por tu sonrisa, porque aquella humilde trabajadora de Telefónica, que encontró un hueco profesional en un Madrid complicado del siglo XX, fue una fiel hija, una excepcional hermana, una entrañable y cariñosa tía, una amiga aventurera sin parangón, una cristiana amante de su pueblo y de su tierra, donde su familia encontró un refugio donde celebrar la vida….con tantos buenos momentos, ¿verdad Carmina?

Por  todo ello, espero

…que este último viaje sea el mejor, pues no tiene billete de vuelta.

…que tu encuentro con tus seres queridos te mantenga la sonrisa eterna

…que tus ganas de vivir nos enseñen que la vida hay que disfrutarla pues tenemos que aprovechar los buenos momentos que nos regala.

Porque siempre estarás viva en nuestros corazones.


            Con todo nuestro cariño, Juanjo.                              01-12-2016

POR QUÉ EL AMOR ES EL CAMINO

¿Cómo comenzó? Yo no lo sé…

Pero el AMOR es lo que nos mantiene en pie.

El amor por tu mujer….El amor por tus hijos…El amor por tus padres… El amor por tus hermanos…El amor por tus sobrinos…El amor por tus amigos…El amor por tu trabajo…El amor por la vida…

Las distintas clases de amor a veces nos pueden dar algún que otro sobresalto, aunque siempre en la olla habrá que echar el cariño, la paciencia, la serenidad, la disculpa, la virtud, la generosidad, la sinceridad, y cortar los cabos más largos del orgullo, de la gallardía, de la imposición, de la mentira, de la soberbia, del ego…de aquellos ingredientes que pueden – y  de hecho – le quitan el sabor a la vida.

Habrá muchos momentos en los que detenerse y saber respetar la voluntad del otro, para que siempre los consensos sean eso, un equilibrio entre nuestro corazón y nuestra razón, entre nuestro deseo y nuestra necesidad, entre nuestra obligación y nuestra devoción…porque finalmente, a base de esos equilibrios – creerme que a veces son muy complicados – se construye una vida en común, se edifica una casa con pilares estables y duraderos, se pone en pie una familia.

En definitiva, en el largo camino que comenzaréis en breve, no os pidáis la luna, no os demandéis un sol perpetuo, habrá nubes y claros, habrá tormentas y días otoñales que desearéis que no se terminen, pero por eso, lo mejor es CARPE DIEM, aprovechad el momento, no planifiquéis a largo plazo, saborear el “ahora”, disfrutar de cualquier pequeña brizna de felicidad, porque esas briznas conforman grandes extensiones de amor que después de la siega, tras esos pequeños esfuerzos de siembra, uno se mira al espejo, se lava los dientes y al entrar en la cama, cada uno por su lado, piensa en lo hermoso que es por compartir la vida, por andar los dos el mismo camino, por intentar día tras día, que llegue ese día en que veáis el sol reflejado en la mar con la retina llena de vivencias y en las arrugas el paso del tiempo.


Os deseo mucho AMOR en vuestro camino, con mis mejores deseos

(Palabras dedicadas a mi hermano Jesús & Noelia, con motivo de su boda el día 3 de diciembre de 2016).