Como por arte de magia vuelvo a
escribir,
y vuelvo a cometer los mismos
errores:
sentimientos que aparecen como
brotes…
emociones que recuerden al jazmín.
Quizás no tenga cura esta enfermedad
pues aunque pastillas me recetaron,
nunca vieron los doctores resultados,
me ingresaron en contra de mi
voluntad.
No soltaré la pluma para contar…
siempre la verdad del corazón,
ése que nunca puede engañar,
éste que hoy te quiere a rabiar.
Por ello, obvio la medicación
y sigo los dictados del pensamiento,
que vienen a ratificar un juramento,
que firmó este paciente enfermo.
De las caricias y atenciones,
recibidas por enfermera cabal,
huecos rellenados por pasiones,
salpicadas por la verdad.
De un amor que anda enamorado,
y que tiende a prolongar,
este contrato que quedó sellado,
ante el cura, la familia y la
sociedad.
Un contrato valiente, sincero,
que ahora tiene que verse refrendado
con una hija de ensueño,
y poder disfrutar del cuadro
terminado.
¿Qué más puedo pedir?
¿Cómo hacerte feliz?
Aquí te entrego mi vida,
solo me queda decir.
Que por mucho tiempo que pase,
no olvidaré aquella soñada tarde,
cuando llegaste siendo una niña,
y marchamos como marido y mujer.
Déjame que te siga queriendo,
lo que has vivido es pura fantasía
pues si a tu lado solo aprendo,
a querer de verdad, esposa mía.
Soñemos con un futuro cercano
cocinado a fuego lento,
paseemos ancianos de la mano,
será una historia de cuento.
Y solo así nuestra hija orgullosa
llorará cuando vea a su hija,
y nos convirtamos en abuelos, dichosa
de la herencia recibida.
A mi querida esposa, con motivo de nuestro X aniversario de boda