RESUMEN
Con
una Unión Europea de los 28 miembros, y de plena actualidad la situación
económica griega, no podemos dejar de hacernos preguntas sobre la energía, y
sobre todo sobre qué modelo energético queremos que nuestro continente tenga.
Si preferimos un modelo basado en la sostenibilidad y la eficiencia o un modelo
basado en el consumo desmedido, en el “usar y tirar”, mientras que otros se encarguen
de buscar debajo de las piedras – no obstante la geotermia es una de las
energías renovables más utilizadas en la actualidad – la fuente energética más
idónea, aunque suponga seguir incrementando las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) y seguir dependiendo del exterior y de las mismas fuentes
tradicionales. Este artículo intenta poner negro sobre blanco cuáles deberían
ser los pilares sobre los que diseñar las políticas energéticas, para hacer
descansar en una economía circular, el peso del futuro común.
ABSTRACT
With a European Union of 28th members that
are thinking actually in the Greece economic situation, we can´t stop of doing questions
about energy, and the most important, which is the energetic model that we want
that our continent have. If we prefer a model based in the sustainability and
the efficiency or a model based in the consumerism, in the “use and throw”,
while other people is worried to find under the stones – nevertheless, actually
the geothermic is one of the most removable energies used – the energetic
source suitable, although this suppose continue increasing the greenhouse
effects gas and we continue depending on the outside and the same traditional
sources. This article try to put, black over white, which it must be the pillars
over design of plain the energy politics, for doing rest in a circle economy,
the weight of our common future.
PALABRAS CLAVE
Energía
– Unión Europea – Economía Circular – Eficiencia energética -Cambio
KEY
WORDS
Energy – European Union – Circle Economy – Energetic
efficiency – Change
Introducción
Escribía
William Shakespeare en “El Rey Enrique IV”, unas palabras que también leí en el libro “La inestable Tierra” y que
viene a ser faro de aquello que nos deparará el medio ambiente afectado por la
acción humana: “¡Oh Dios! ¡Aquél que
puede leer el libro del destino y ver que la revolución de los tiempos hace que
las montañas se allanen, y los continentes, cansados de tan sólida firmeza, se
derritan en los mares!”. Y no se equivocaba Shakespeare, que sin conocer
cuáles serían los derroteros del mundo actual, ya suponía que toda revolución
provoca cambios, y que en algunas ocasiones, estos cambios pudieran ser más o
menos irreversibles.
En
el presente artículo vamos a realizarnos algunas preguntas, que intentaremos
descifrar a través de diferentes autores, profesores, economistas, científicos,
y con los datos encima de la mesa, intentar ser un pequeño quinqué en este
mundo que avanza hacia una encrucijada del recurso vital que domina el panorama
internacional, que es la energía, y más bien el consumo de
energía, y cómo se siguen obviando los efectos secundarios que provoca la
obtención, generación, transporte y el uso de dicha energía. Y enfrente de
dicho recurso está el concepto denominado economía circular, y la importancia
que tendrá a lo largo de nuestra reflexión. Y por último hablaremos de cambio.
Cambio de mentalidad, de filosofía, de manera de actuar, y por ende, de manera
de pensar y de vivir.
Economía Circular
En
un encuentro con el Dr. Valentín Molina, profesor titular de la Facultad de
Economía de la Universidad de Granada, me recordaba que la economía circular es una
ciencia social que se encarga de estudiar la asignación de recursos limitados
de forma eficaz y eficiente, y que la escasez de energía provoca externalidades
negativas en el conjunto del sistema económico, como indicaba el Comisario
Europeo de Medio Ambiente, Janèz Potocnik en el III Fórum Internacional Economía
– Eficiencia de Recursos, “hay
que transformar Europa en una Economía eficiente de los recursos, aunque sólo
la eficiencia no es suficiente”.
En una sociedad europea donde el 75%
de los habitantes vive en las ciudades, el aseguramiento del recurso básico
energía es un factor primordial al que
se aferra la economía circular, basada en el principio de las 4R:
reutilización, reciclaje, recuperación y recreación, y como pone de manifiesto
el Informe del panel de expertos contra el
cambio climático de la ONU, que muestra que el planeta se encuentra en
una encrucijada medioambiental por el uso intensivo de los recursos. “Una
economía circular sería el revulsivo para crear ciudades sostenibles e
inteligentes desde el punto de vista medioambiental”, me apostillaba el
profesor Molina.
En el boletín “Cuestión de Europa” que
edita la Fundación Robert Schumann, Antoine
Frérot, Director General de Veolia Environment, empresa líder internacional en
gestión de recursos y recuperación energética, indicaba que la economía
circular es un pilar fundamental para Europa en la eficacia de los recursos y
como motor del crecimiento europeo, por lo que es necesario cambiar el modelo y
de paradigma, pues el abastecimiento mundial de energía puede tener serios
problemas.
Energía
Según
el libro “La energía en España 2013”, que edita el Ministerio de Industria,
Energía y Turismo, arroja unos datos aún preocupantes, tales como que el
petróleo continúa siendo aún la energía primaria más consumida, con un 43,5 %,
mientras que la biomasa, biocarburantes y resto de energías renovables alcanza
un exiguo 5,2%. Aunque este dato tampoco sorprende si vemos en la figura nº 2,
donde el consumo mundial de energía en 2013, que alcanzó los 12.730 MTep, se
repartió también de forma muy desigual, llevándose la mayor parte el petróleo
con un 32,9 % y quedando las EE.RR con un 8,9 % en una muy lejana cuarta
posición.
Análogamente,
si comparamos los datos de abastecimiento de energía primaria en el mundo en el
año 1971 (como se puede apreciar en la figura 3), donde el 86% procedía de
recursos fósiles, con los datos del año 2012, sólo ha descendido dicha
dependencia de las energías tradicionales en un minúsculo 4%, quedándose en un
valor muy preocupante del 82%. Estos datos vienen a predecir lo que argumenta
el “Enviromental
Outlook to 2050: The consequence of inaction”, publicado por la OCDE el
pasado 15 de marzo del 2015, y que nos alerta de las consecuencias
medioambientales nefastas si la economía mundial continua su modelo actual,
donde la demanda energética mundial será un 80% mayor en 2050, y sin un cambio
en las políticas, el 85% de dicha energía procederá de los combustibles
fósiles. Otra vez el cambio.
Unos
combustibles – tradicionales, fósiles, no renovables – que generan unas
consecuencias como son las emisiones de CO2, responsables del
calentamiento global, que podemos ver en la figura 4, desglosadas por sectores
respecto al año 2012, donde el sector protagonista es la electricidad y la
generación de calor, con un 42% global, donde los subsectores industrial y
residencial, son los principales responsables de dichas emisiones de CO2.
Para
evitar dichos efectos secundarios, la OCDE insta a los gobiernos a adoptar
medidas medioambientales, leyes, decretos,…que impliquen el pago de tasas y/o
impuestos por la contaminación que provoca la generación y o uso de la energía,
y eliminar los subsidios a las energías fósiles (entre 45.000 y 75.000 millones
de $ anuales solo en países de la OCDE). Simon Upton, Director de Medio
Ambiente de la OCDE, señaló al diario Green Biz, que los gobiernos deben afrontar
inversiones de forma inmediata.
Cambio
En
el capítulo IV de “La Tierra se agota”, James Lovelock intenta descifrar la
clave del criptograma medioambiental indicando que “como siempre Europa y
Norteamérica suponen que el problema y su solución recaen en ellos mismos
únicamente, pero en realidad los países BRICS (Brasil, Rusia, Indica, China y
Sudáfrica) están a dominar la producción y el consumo de la energía”.
Conjuntamente,
la Unión Europea debe ser un actor muy importante en el cambio de rumbo
energético, que persigue una energía sostenible, segura y asequible para los
europeos, mediante el establecimiento de competencias e instrumentos necesarios
para poner en práctica una política energética que: asegure el abastecimiento a
unos precios que no frenen la competitividad y que proteja el medio ambiente y
luche contra el cambio climático. ¿Cómo?
Pues
cambiando la estrategia para que, primero, se reduzca el consumo sin que afecte
a la calidad de vida actual y como segunda premisa, aumentar la eficiencia
energética, objetivo esencial de la UE para el 2020. Reducir un 20% el consumo
de energía respecto a 1990, que equivaldría a apagar 400 centrales eléctricas.
En
el “Informe
sobre el uso eficiente de los recursos: avanzar hacia una economía circular”,
realizado por Sirpa Pietikäinen de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública
y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo de fecha 25 de junio de 2015, indica
que “el cambio de paradigma y que el incremento de la eficiencia en el uso de
los recursos se basa en seis pilares esenciales: la economía circular, el uso
en cascada de los recursos, la jerarquía de los residuos, una mayor responsabilidad
de los productores, la simbiosis industrial y los nuevos modelos de negocio”.
Según las estimaciones de la Comisión Europea, incrementar la productividad de
los recursos en un 2% anual crearía dos millones de puestos de trabajo para
2030 en la UE.
Conclusiones
Martin
Rees, del Trinity College de Cambridge, en el prólogo del libro de Lovelock,
incide que éste cree que nuestra especie está sometiendo a la Tierra a una
tensión sin precedentes, y que el cambio del clima podría llevarnos a un mundo
con una ecología muy empobrecida que a duras penas sería habitable para el
hombre. Y es posible que no tenga marcha atrás. De la misma manera, John
Gribbin se preguntaba en su libro “El clima futuro”, si lo trágico sería que la
amenaza del efecto invernadero llevase a una búsqueda cara y mal concebida de la
solución gastando recursos que se podrían emplear en mejorar una agricultura
mundial. Ése sería el problema del CO2 a afrontar.
Y
termino recordando aquello que me comentaba el profesor Molina, sobre si es una
utopía aspirar a que la mentalidad de nuestros gobernantes gire 360º y el
desarrollo económico se asiente en una economía circular. Y mirándome a los
ojos se confesó “persona positiva, y a
pesar de los desequilibrios que arroja nuestro planeta, y tras leer el Informe sobre Desarrollo Humano de Naciones Unidas,
creo que no se producirá el cambio urgente a corto plazo”.
Existen
por tanto contradicciones a resolver, por qué no cuidamos donde vivimos, por
qué despilfarramos los recursos que disponemos y que sabemos que son escasos,
como la energía. Y aunque los gobernantes tienen su responsabilidad, los
ciudadanos en su conjunto deberían de pensar globalmente y actuar localmente.
La eficiencia energética deberá ser el eje transversal sobre la que orbite una
incipiente economía circular, para conseguir los objetivos marcados.
Bibliografía
- Booth,
B et al. (1994) “La inestable Tierra”. Biblioteca Científica Salvat. 284 pp.
- Fréfot,
A. (2014). “Economía circular y eficacia en el uso de los recursos: un motor de
crecimiento económico para Europa”. Boletín Cuestión de Europa nº 331. 10 pp.
- Gribbin,
J. (1994) “El clima futuro”. Biblioteca Científica Salvat. 241 pp.
- Lovelock,
J. (2009) “La tierra se agota”. Planeta. 293 pp.
- Pietikäinen,
S. (2015) Informe sobre el uso eficiente de los recursos: avanzar hacia una
economía circular (A8-0215/2015). Parlamento Europeo. Comisión de Medio
Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria.
-
U.E.
(2015) “Environmental Outlook to 2050: The consequence of inaction”. OCDE.353
pp.
- Secretaría
de Estado de Energía. (2014). “La energía en España en 2013”. Mº de Industria,
Energía y Turismo. Catálogo General de Publicaciones Oficiales.
-
IEA
(2014). “CO2 emissions from fuel combustion. Highlights”.
International Energy Agency. Publicaciones oficiales.
www.ipcc.ch
(ESTE ARTICULO HA SIDO PUBLICADO EN LA REVISTA "ENERGIA & MINAS" Nº 11, QUE EDITA EL CONSEJO GENERAL DE INGENIEROS TECNICOS DE MINAS Y GRADOS DE ENERGIA Y MINAS DE ESPAÑA)